United States or Liberia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Claro está que el tema de su plática fue el acontecimiento de la noche, la presentación de Mario a la familia de Sánchez. Al fin parece que eso lleva buen camino. Me alegro mucho... mucho. No deje de decírselo a su mamá, y que sea para bien.

No, querida, no; me alegro en el alma, porque así he conquistado tu amor... ¿Nada más que por eso? ¡Eso es otra cosa! María, a más de su viva imaginación, estimulada y enardecida por la continua lectura, poseía un don especialísimo para persuadir.

Créetelo; esa duda no se me va de la cabeza a ninguna hora; siempre estoy pensando en lo mismo, y tan pronto me alegro de que sea mala como de que no lo sea. ¡Ah!, no sabes lo que yo cavilo al cabo del día. Las cosas que me pasan a no tienen nombre.

Ya yo que usted es incapaz... y que Rosita, aunque un poco viva de genio, está bien educada por su padre... Me alegro de que usted no piense tales disparates... y si los piensa, peor para usted que se equivoca. El indiano pidió perdón de nuevo.

JIMENO. Todo esto alarmó al Conde, y tomó sus medidas para pillar a la gitana; cayó efectivamente en el garlito, y al otro día fue quemada públicamente, para escarmiento de viejas. GUZMÁN. ¡Cuánto me alegro! ¿Y el chico? JIMENO. Empezó a engordar inmediatamente. FERRANDO. Eso era natural. JIMENO. Y a guiarse por mis consejos, hubiera sido también tostada la hija, la hija de la hechicera.

Esto alegró mucho a Marcial, que junto con otros viejos marineros en el castillo de proa, disertaba ampulosamente sobre el próximo combate. Tal sociedad me agradaba más que la de mi interesante tío, porque los colegas de Medio-hombre no se permitían bromas pesadas con mi persona.

, doña Manuela; Antonio y yo hace tiempo que pensarnos visitarla a usted y a las niñas; ¡pero estamos siempre tan ocupados...! ¡Vaya, vaya...! ¡Qué sorpresa...! ¡Cuánto me alegro de verla!

Me alegro de haber dado este paso, se dijo el médico para sus adentros, siguiendo con las miradas al ministro y con una grave sonrisa. Nada hay perdido. Seremos amigos de nuevo y pronto. Pero ved ¡cómo la cólera se apodera de este hombre y lo pone fuera de ! Y lo mismo que acontece con un sentimiento acontece con otro. Este piadoso Sr.

Barragán se sentó y a su lado Tristán. Aquél volvió a pasear una mirada salvaje por la estancia y sonriendo ferozmente preguntó con la mayor finura: ¿Cómo está usted, Tristanito? Bien, ¿eh? ¿Y Clarita? ¿y el niño? Me alegro, me alegro muchísimo. Una vez enterado de la salud de todos pensó Tristán que el paisano pasaría a explicarle el asunto serio que allí le traía. Pero no fue así.

Pero la voluntad que á todos rige, Digo el querer del cielo, me ha traido A parte que me alegra mas que aflige. Dixera mas, sino que un gran ruido De pifaros, clarines y tambores Me azoró el alma, y alegró el oido. Volví la vista al són, vi los mayores Aparatos de fiesta que vió Roma En sus felices tiempos, y mejores.