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Debajo de sus ojos grandes, profundos y pensativos, el color algo tostado de sus mejillas, es matizado por una especie de aureola más bronceada, que parece una traza proyectada por la sombra de las pestañas y como quemada por el rayo ardiente de la mirada.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán sobre tu altar becerros. 2 Agravios maquina tu lengua; como navaja amolada hace engaño. 3 Amaste el mal más que el bien; la mentira más que hablar justicia. 4 Has amado toda suerte de palabras perniciosas, engañosa lengua.

19 Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al fuego será quemada; mas toda persona limpia comerá de esta carne. 20 Y la persona que comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es del SE

La pobre ha pasado tres siglos sufriendo las angustias inquisitoriales de quemar o ser quemada, y aún le dura el pasmo de esta vida de zozobra. Aquí no hay alegría. No la hay, no. Esto se ve en la música mejor que en otra manifestación de su vida.

Sabe Dios que si alguna mujer me ha lastimado el corazón, has sido ; que si en algún vaso puro he calmado la sed de mis labios, ha sido en tu boca; que si alguna luz ha iluminado mi alma, ha sido la luz de tus ojos; que si en alguna parte ha descansado mi cabeza quemada por el desprecio y el cansancio de todo, ha sido en tu seno.

AZUCENA. Es verdad, no lo sabes, y sin embargo era mi madre, mi pobre madre, que nunca había hecho daño a nadie. ¡Pero dieron en decir que era bruja!... MANRIQUE. ¿Vuestra madre? AZUCENA. ; la acusaron de haber hecho mal de ojo al hijo de un caballero, de un Conde. No hubo compasión para ella, y la condenaron a ser quemada viva. MANRIQUE. ¡Qué horror!... Bárbaros... ¿Y lo consumaron?

Ya en la calle, misia Casilda no supo adónde ir; estaba tan quemada de la conducta de Gregoria, que se asombraba de su propia paciencia: cómo había soportado en silencio el par de bofetadas con que la obsequió al entrar, sobre todo aquel ahora te acuerdas, que llevaba más filo que un puñal florentino; y luego el aire, la cara, el tono, cual si le debieran y no le pagaran... ¡Valiente papelón había hecho, y todo para salir como rata por tirante! ¡Qué candor el suyo de creer que iba a conmoverse Gregoria con solo verla, que iba a sentirse tocada en el corazón ante aquel acto de nobleza!

La mancha se agrandaba, tenía una forma parecida á la puerta de su estudi, y salía por ella un humo denso, nauseabundo, un hedor de paja quemada que le impedía respirar. Debía ser la boca del infierno: allí le arrojaría Pimentó, en la inmensa hoguera, cuyo resplandor inflamaba la puerta. El miedo venció su parálisis.

Esa corta extensión de verdor, que divisan de lejos los pastores en la superficie gris y quemada de la vertiente, es la Fuente de los tres Señores. ¿Cuál era el origen de tan extraño nombre? ¿Cómo había tomado el de tres potentados fuente tan humilde?

Púsole a Ramiro la mano en el cuello, y el mancebo sintió la repelente aspereza de aquella piel quemada por los ácidos. El hombre dijo: Nacido bajo el dominio de Saturno, frenético de mando y de gloria. Soberbioso y magnánimo. Capricornio ha labrado este ceño. Levantole después el rostro hacia la luna, y mirándole fijamente la pupila, habló de este modo: ¡Oh! aquí veo la rotura de un aojamiento.