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Ocupóse, lo primero, en buscar la presidenta, piedra fundamental de todo el edificio, y un nombre ilustre que había de llevarse tras de cuanto grande, bueno y respetable encerraba la corte; acudió primero a su mente la marquesa de Villasis... Mas las teorías conciliadoras del peludo diplomático juzgaban necesario allegar otros elementos, y pensó entonces en la condesa de Albornoz para el cargo de vicepresidenta.

¡Anda! ¿No aguardas a que el cura te eche la bendición para defender a los amigos de tu futuro? Don Germán intervino con palabras conciliadoras.

¡Si ese italiano es una buena persona!... Tengo la certeza de que le quiere á usted mucho. Pero Canterac no podía admitir palabras conciliadoras. Es un hombre falto de tacto, que se empeña en atravesarse en mi camino... Esto acabará mal para él. Entraron en la casa, y el marqués vino á saludarles en el recibimiento.

Pero el carnicero, que era músico en el alma, había escuchado la discusión haciendo a la vez votos por la derrota de Tookey y la conservación de la paz. Seguramente dijo, entrando en las vistas conciliadoras del tabernero que queremos a nuestro viejo chantre.

Una de las cuestiones que más preocupaban al dueño fué la manera de armonizar lo mejor posible el patriotismo y el negocio, las sesiones del club y las visitas de los parroquianos. Dirigió conciliadoras amonestaciones para que no hicieran ruido pero esto parece que fué interpretado como un primer conato de servilismo, y aumentó el ruido, y se fueron los parroquianos.

Es más: hasta notaba cierto encogimiento humilde en los representantes de la religión cuando se encaraban con la ciencia; un deseo de agradar, de no ser rechazados, de infundir simpatía con soluciones conciliadoras para que el dogma no quedase en tierra privado de asiento en aquel tren de rapidísima marcha que llevaba a la humanidad hacia el porvenir con el vértigo de los nuevos descubrimientos.

Así, en una comunicación de un alto funcionario de Rosas he leído en estos días «que es un signo que su Gobierno ha mandado llevar a sus empleados en señal de conciliación y de paz». Las palabras Mueran los salvajes, asquerosos, inmundos unitarios, son por cierto muy conciliadoras, tanto, que sólo en el destierro o en el sepulcro habrá quienes se atrevan a negar su eficacia.

Trató, sin empeño alguno, únicamente por la forma, de hacer oír algunas palabras conciliadoras; pero había sido de los que asistieron al almuerzo de Diana Grey, y acabó por declarar, que puesto que le tomaban su parecer, su opinión era que en aquella ocasión habían pasado al señor de Maurescamp cosas muy difíciles de tragar, y por consiguiente, estaba a las órdenes del señor de Maurescamp.

La estatua de Apolo que corona la fuente del centro, recibía su postrera caricia; los lejanos palacios del paseo de Recoletos resplandecían en aquel instante como si fuesen de plata. El salón estaba ya lleno de gente. Después de discutir con violencia y de rechazar enérgicamente las proposiciones conciliadoras, Lolita se encerró en un silencio sombrío.

No es fácil representarse el estupor que se apoderó del ingenioso Sánchez al ver a aquellos energúmenos vociferando frente a él y metiéndole los puños por la cara. Todo su discurso estaba lleno de benevolencia, de ideas conciliadoras; creía estar lisonjeándoles; hasta esperaba verlos enternecidos como él andaba cerca de estarlo. Y he aquí que de repente se levantan frenéticos, amenazadores.