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Pues qué, ¿no soy buen cristiano? Lo eres. Es una de las partes que más aprecio en . Por eso confío en que pienses que voy á ser esposa de otro y no desees nada. Sólo el deseo es ya pecado. Acuérdate de los mandamientos. Oye, ¿y está en mi poder no desear? . Cállate; no digas nada á nadie, ni á mismo, cuando desees, y el silencio matará el deseo. Me matará á antes.

Sin embargo, no lo era tanto como él se figuraba. Algunas veces la joven esposa, medio en serio, medio en broma, se encerraba en su cuarto. Allí pasaba tres o cuatro horas sin consentir que entrase, a pesar de los ruegos cariñosos que le dirigía por el agujero de la llave. Te privo de mi vista por algún tiempo decía después riendo, para que desees más el tenerme junto a ti.

¡Ay niña, con qué tiquis miquis y sutilezas te me descuelgas! ¡Cómo se conoce el saber de que don Pascual te ha atiborrado la mollera! Si parece cuanto dices tomado de esos libros que don Pascual te da a leer. Pero, en fin, ¿qué contestamos a la carta de don Paco? Yo haré lo que desees, porque el asunto más importa a ti que a y porque sabes más que Lepe.

Quédate con tu secreto que te acredita de juiciosa, y no se hable más de esto hasta que lo desees. A con lo callado me basta. Un beso ahora para sellar las paces, y adiós. Se adivinan la temperatura del beso y la calidad de la sonrisa con que despidió Nieves a su padre.

33 Tus ojos mirarán las extrañas, y tu corazón hablará perversidades. 34 Y serás como el que duerme en medio del mar, y como el que se acuesta junto al timón. 1 No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos; 2 porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios. 3 Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará;

El almuerzo había terminado y pasaron al hall inmediato, donde estaba servido el café. Miró el coronel en torno con inquietud, examinando las cajas de habanos, la enorme licorera con sus frascos de diversos colores puestos en fila. Mientras cortaba la punta de un cigarro, Lubimoff continuó, dirigiéndose siempre á Castro: Cuando desees... eso, te bastará con elegir en los alrededores del Casino.