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Si no me altero, ché repuso Melchor apaciblemente; pero alzando de nuevo el tono de la voz exclamó; ¡sólo que no le voy a permitir a Lorenzo ni a nadie, que me falte en mi casa! Yo soy incapaz de ofenderte dijo Lorenzo en el mismo instante en que entrando al comedor y dirigiéndose a Melchor, dijo Baldomero: Quiere venir un momento, don Melchor... ¿Para qué?...

No te he mandado callar por ofenderte, sino por evitar que piensen de ti lo que no mereces. La mujer que se pasa la vida diciendo malas expresiones demuestra que no ha tenido principios, y los tienes como los tengo yo y los tiene toda persona regular que haya tenido crianza. Deja esas palabras á los hombres, que para ellos se hicieron, y habla bien, que el hablar bien no cuesta trabajo.

«Esto no se puede sufrir dijo Doña Francisca . Por último, llevarán a los paisanos, y si se les antoja, también a las mujeres... Señor prosiguió mirando al Cielo con ademán de pitonisa , no creo ofenderte si digo que maldito sea el que inventó los barcos, maldito el mar en que navegan, y más maldito el que hizo el primer cañón para dar esos estampidos que la vuelven a una loca, y para matar a tantos pobrecitos que no han hecho ningún daño».

Pobres imbéciles condenadas a vender lo inapreciable. ¡Farsantas de la comedia del amor, incapaces de imitar la poesía de la realidad! ¡Ah, Cristeta! , amante toda verdad, sinceridad y entusiasmo, ¿dónde estabas? ¡, la única que en cada beso daba un poco del alma! ¡Sólo poner tu nombre junto con los de aquellas desgraciadas, era ofenderte!

NARV. Ténganse, digo: ténganse, soldados, O ¡por vida del Rey!... PER. Señor, ninguno Quiere ofenderte. NARV. Envainen, pues. ARR. ¡Oh ilustre Rodrigo, a quien el cielo haga dichoso Sobre todos aquellos que celebra La antigüedad con palmas y laureles! Rendido estoy a tu nobleza, y veo Que mi ignorancia fué mi propio engaño Aunque si amor a todos da disculpa, ¿Por qué no la tendrán mi amor y celos?

Abrió los casi cerrados ojos el herido caballero, y, conociendo a Claudia, le dijo: -Bien veo, hermosa y engañada señora, que has sido la que me has muerto: pena no merecida ni debida a mis deseos, con los cuales, ni con mis obras, jamás quise ni supe ofenderte. -Luego, ¿no es verdad -dijo Claudia- que ibas esta mañana a desposarte con Leonora, la hija del rico Balvastro?

¡Parece mentira! decía él . La prueba de que te quiero está en la cobardía, en el temor de ofenderte con que te miro y te deseo. , pero te agarras. ¡Maldita tormenta! ¡Estábamos tan bien en el balcón!... La alegría retratada en el rostro de don Juan le acusaba claramente de mentiroso.

¿Qué hay? dijo ella, con la misma frialdad, volviendo la cabeza. Escucha, por Dios, un momento.... Te he dicho eso arrebatado por los celos, pero sin intención de herirte.... ¿Cómo he de ofenderte yo a ti cuando te quiero, te adoro como a un ser sobrenatural?... A éstas siguieron otras muchas palabras fogosas empapadas de cariño, mejor aún, de devoción.

¿Tienes confianza en ? ¿Crees que yo puedo ofenderte, sea cual fuere lo que te diga? No, alma mía. Habla sin miedo. Mira, Pepe: yo tengo ahorritos de lo que papá me da todos los meses para alfileres: muy poco... ¿lo quieres? No para , no; para tu padre. No, vida mía, gracias: no quiero nada. Pues dime que no te ofendes porque te lo haya dicho. no puedes ofenderme, aunque quieras.

Oye, Catalina, yo necesito dominar, dominarlo todo, porque desprecio todo lo que me rodea, todo menos á ti, que eres mi mujer como yo tu hombre... ¿entiendes?... hay en mi algo rebelde, algo de Satanás... yo marcho, marcho y sigo marchando sin detenerme, la vista fija en un punto, la cabeza firme en un propósito... ¿por qué te me pones delante de ese propósito? ¿por qué me has obligado á huir, á ofenderte?