United States or Saint Helena, Ascension, and Tristan da Cunha ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y volvió al paseo, y a echarle ojeadas y a meditar. «Pero si me caso el lunes, y hoy es miércoles... ¡En qué ocasión se le ocurre a uno casarse!... Estoy entre el altar y el abismo... Hombre, homo sapiens de Linneo, no te deslices, coge una piedra y date con ella en el pecho como San Jerónimo. Honradez, tienes cara de perro...». Isidora dejó de escribir, poniendo la pluma a un lado.

Las novelas francesas le trasladaban a aquel París que obscurecía el Madrid apenas conocido en su época del doctorado; los relatos de amores despertaban en su cuerpo de joven y virtuoso, sin otros deslices que los vulgares desahogos de la crápula estudiantil, un ardor de aventuras y de complicadas pasiones en el que latía algo del intenso fuego que había consumido a su padre.

Acercóse y descifró la inscripción, sin pararse en deslices ortográficos: «Aquí hacen las cenizas de Primitibo Suarez, sus parientes y amijos ruegen a Dios por su alma».... El terreno, en aquel sitio, estaba turgente, formando una eminencia. Julián murmuró una oración, desvióse aprisa, creyendo sentir bajo sus plantas el cuerpo de bronce de su formidable enemigo.

Son tan artificiosos los defectillos ligeros que puede notarle la escrupulosa melancolía de los críticos, que debo juzgar que los puso para mayor hermosura, por habilidades los deslices. »Para todos los accidentes humanos suministran las comedias de D. Pedro ejemplos, y es tan discreta la medicina, que dejan, por lograrla, ambiciosa la llaga.

Sin embargo, fuerza era convencerse, porque apenas de regreso en París, desvanecido por su inesperada fortuna, el heredero de la señora de Montauron acentuó de modo tan escandaloso sus deslices, que aun sus más ardientes devotos tuvieron que confesar la extraña y desfavorable metamorfosis que en la conducta y el carácter de aquél se efectuara; nunca fue Pedro un puritano, es cierto, pero siempre se le veía llevar a sus aventuras galantes aquella delicadeza moral que ellas reclaman, y que consiste, para el hombre de honor, en ocultar al público sus debilidades en asuntos de amor, y con mucho más motivo que sus debilidades sus vicios, mientras que ahora parecía como si el marqués pusiera empeño en desafiar la opinión.

Bastaba que se supiese por toda la sociedad de Madrid el desliz o los deslices de Eulalia con un hombre casado. ¿Para qué suponer además que Eulalia guardaba íntimamente prendas de tal hombre? ¿No hubiera sido más prudente, ya que el novelista puede suponer cuanto se le antoje, o que Eulalia no hubiera llegado a tener tales prendas, o que las hubiera soltado natural y sigilosamente antes de concertar su boda?

Siempre cuento, con buena justicia y equidad, que en contraria balanza de estos pecadillos y deslices, se me pondrán en cuenta y data, no los servicios de soldado, pues para premiar vos no sois Emperador, sino mi buen ingenio en el tiempo que os serví, la grata voluntad que siempre os tuve y tantas cuchilladas como a vuestro lado en diversas ocasiones.

Ahora, al notar la libertad con que se tratan ciertas materias y la manga ancha que tiene el autor para algunos deslices, dudo de que el señor deán, cuya rigidez de buena tinta, haya gastado la de su tintero en escribir lo que el lector habrá leído. Sin embargo, no hay bastante razón para negar que sea el señor deán el autor de los Paralipómenos.

Esto hubiera sido monstruoso. Las mujeres son, por lo general, las que descubren o inventan las aventuras, caídas o deslices de sus enemigas; pero doña Luz estaba tan por cima y tan apartada de toda rivalidad y se había ganado de tal suerte el afecto de todos, que nadie le contaba los pasos ni andaba acechando para ver si daba alguno en falso y acusarla de ello después.

De repente, clavando los ojos en don Quintín, lanzó sobre el pobre vejete toda la envidia acumulada en sus cuarenta y muchos años de deslices, caídas por capricho y complacencias cobradas muy barato para poder vivir. ¿No era irritante que algunas compañeras suyas hubiesen hallado imbéciles que de buenas a primeras les pusieron coche, y ella, con haber rodado tanto, viera llegar la vejez sin pan y sin lumbre?