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La mañana en que la encontró casualmente cerca del mercado, creyó morir de vergüenza; le temblaron las piernas, vio que la calle se obscurecía como si repentinamente llegase la noche. Había desaparecido ella, y todavía le zumbaban los oídos y buscaba apoyarse en algo, como si el suelo se balanceara bajo sus pies.

Mañana veré si puedo conciliar varias cosas. Vuelva usted por acá, viernes o sábado.... Y.. diga usted. ¿Tiene usted buena letra? Regular, señor licenciado. Vamos, vamos. Allí tiene usted lo necesario. Obscurecía. En la mesa había un candelero con una bujía. ¿No ve usted? Pues encienda la vela y escriba lo que guste. Obedecí.

Las novelas francesas le trasladaban a aquel París que obscurecía el Madrid apenas conocido en su época del doctorado; los relatos de amores despertaban en su cuerpo de joven y virtuoso, sin otros deslices que los vulgares desahogos de la crápula estudiantil, un ardor de aventuras y de complicadas pasiones en el que latía algo del intenso fuego que había consumido a su padre.

Andresito percibía a medias esta escena, coreada por las risas de los parroquianos. La ingrata no reaparecía, y él estaba extenuado por el dolor y por un plantón de tantas horas. No le vendría mal sentarse, aunque fuese en el cafetín; pero no; ¡firme allí! aunque muriese de pie, como los antiguos romanos. Obscurecía.

No obstante habla este Autor como si trabajara la cosa de mayor importancia y dificultad, y teme que le han de faltar las fuerzas y dexa para sus sucesores lo que él no ha podido executar. Este Autor estaba enamorado de mismo, y sus inepcias las proponia como cosas grandes, porque el amor propio le obscurecia al juicio.

Tan lentamente salían de la obscuridad los perfiles de estos objetos, que mi propia imaginación podía creerse autora de aquel espectáculo. El día iba descendiendo, y la iglesia se obscurecía por grados; pero una de las Madres, tirando de unas cuerdas, descorrió la cortina negra de la alta ventana del coro, y entonces entró la luz crepuscular, dando a todo su verdadera forma.

Aquellos montaban poderosos potros ricamente enjaezados, y otros iban á pie. Algunos parecían menos ricos y lujosos que los demás; y aun puede asegurarse que había bastantes pobremente vestidos, si bien éstos eran poco vistos, porque el brillo y elegancia de los otros como que les ocultaba y obscurecía.

Limpiado que hubo la cuchilla en el césped, volvió a comer su churrasco, mezclando en el acero las mal limpiadas gotas de la sangre de Peñálvez con el jugo del churrasco. De cuando en cuando se empinaba el porrón de aguardiente de caña, hasta quedarse medio borracho, según su costumbre, a la caída del sol. Como el crepúsculo se obscurecía ya, fue a tenderse en el rancho.

¿No lo ves, Rorró? solía decirme al oído la tía Pepa. ¿No lo ves? ¡Esta niña es un ángel! ¡Mira, mira cómo atiende a tu tía!... ¡Qué mimos! ¡Qué paciencia! No sólo Angelina estaba triste; yo lo estaba también. Sólo de recordar que se iba se me oprimía el corazón, se me obscurecía el mundo. ¿Qué haría yo sin ella? ¿Qué sería de sin la palabra consoladora de Angelina?

Entró en palacio. La sombra de la catedral, prolongándose sobre los tejados del caserón triste y achacoso del Obispo, lo obscurecía todo; mientras los rayos del sol poniente teñían de púrpura los términos lejanos, y prendían fuego a muchas casas de la Encimada, reflejando llamaradas en los cristales. El Magistral llegó hasta el gabinete en que el Obispo corregía las pruebas de una pastoral.