United States or Uganda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estos oficios son de muy corto número y escaso provecho; porque en la inmensa estension del fuero militar en las personas pudientes de Filipinas, la auditoría de guerra ha llevado asi todos los pleitos civiles de importancia en las Islas, y la audiencia se halla reducida á causas criminales y pleitos de tierras entre los indios, y no de mucha cuantía, y únicamente tiene por pleitos de algun valor los negocios de comercio desde la publicacion del código en aquel pais; pero estos, ni son muchos, ni muy graves, lo cual no escluye la idea de que haya algunos de mucha consideracion; mas no es lo jeneral: razones por las que no es posible ni fácil que españoles instruidos compren y entren á servir aquellos oficios de la audiencia.

¡Lleven y compren! mugía otro . ¡Aire!... ¡Marchen, marchen! Entre la miseria sórdida y gris acumulada en los puestos de las aceras brillaba de pronto un fulgor, deslumbrando a los curiosos.

Detúvose Simoun. aquí la razon por qué le dejo á usted vivir, Basilio, y me expongo á que por una imprudencia cualquiera me delate un día... Usted sabe quien soy, sabe lo mucho que he debido sufrir, cree en ; usted no es el vulgo que ve en el joyero Simoun al traficante que impulsa á las autoridades á que cometan abusos para que los agraviados le compren alhajas... Yo soy el Juez que quiero castigar á un sistema valiéndome de sus propios crímenes, hacerle la guerra halagándole... Necesito que usted me ayude, que use de su influencia en la juventud para combatir esos insensatos deseos de españolismo, de asimilacion, de igualdad de derechos... ¡Por ese camino se llega á lo más á ser mala copia, y el pueblo debe mirar más alto!

Ordenamos y mandamos que ningún tauernero, bodegonero, ni mesonero, ni ventero, ni personas que guisan y dan de comer en esta ciudad y su tierra, y jurisdicion, arrabales, ni Triana, no acojan en sus casas, tauernas, ni bodegones á los dichos esclauos ni esclauas, negros ni blancos: ni les den de comer, ni beber en ellas publica ni secretamente, pan, ni vino, ni carne ni otros mantenimientos algunos, sino lleuare cédula del amo cuyo fuere, diziendo que por andar á jornal el tal esclauo, o esclaua, no come en su casa, ni sean osados de venderles pan, ni vino, ni carne, ni pescado, ni otro mantenimiento alguno, ni compren, ni reciban dellos prendas algunas vendidas, ni empeñadas, ni para guardarselas, aunque digan que son suyas, ni les den pan, ni vino, ni bastimentos sobre ellas, sopena quel tauernero, bodegonero, guisandero, y ventero, y mesonero, o persona que tenga camas que fuere y passare contra lo contenido en esta ordenança, o contra cosa alguna, o parte della, cayga en pena de mil marauedis y diez dias de carzel por la primera vez, e por la segunda la pena doblada, y sea traydo á la verguença publicamente: e por la tercera vez le sean dados cien açotes, y sea desterrado desta ciudad y su tierra e jurisdicio por tiepo de quatro años: y que los dichos bodegoneros, tauerneros, mesoneros, ni venteros, y personas que dan camas, y guisan de comer, no se puedan escusar, ni escusen que no sabian que los dichos esclauos y esclauas eran captiuos: y que los dichos esclauos y esclauas les dixeron que erran horros.

Esperemos que suceda lo propio a mis compatriotas aficionados a libros, a fin de que compren y lean éstos sobre los que ahora voy discurriendo. Otro peligro hay, contra el cual no veo reparo ni cautela que esté de sobra.

Item, ellos y sus hijos y sus herederos tengan todas sus heredades firmes y estables perpetuamente, y vendan y compren unos de otros hasta lo que ellos quisieren, y qualquier de ellos haga de su heredad segun su voluntad: y si yo quitare á alguno de ellos heredad alguna por ira ó por injusticia sin culpa manifiesta, que en virtud de este privilegio le sea vuelta.

Después viene el Tiempo, y anuncia una gran feria anual, á semejanza de las de Antuerpia y Medina, aunque celebrada en loor de la Santa Virgen. Un serafín llama á los pastores de almas y Papas ya muertos, para que compren nuevas vestiduras, les ofrece temor de Dios, vendido por libras, etc.

A tal pregunta respondería yo: Si alguien cree ó espera todavía en España, que podemos tener en Cuba un millón y seiscientos mil conciudadanos para que compren productos de la Península á mucho más elevado precio que pueden comprar productos semejantes importados de otros países, menester es, en mi opinión, que renieguen de tal creencia y que desistan de tal esperanza.

Si exceptuamos a D. Benito Pérez Galdós y a otro par de autores a lo más, apenas los hay hoy en España verdaderamente populares y cuyos libros se compren y se lean. Con fatigas tendríamos que andar hoy para completar el número de los cuatro o cinco autores de que habla el Sr. Cuervo y cuya lectura trae gusto o provecho a los americanos. Ni siquiera en España caemos en gracia.

Asimismo es grande en ellos la inclinación a tratar y contratar continuamente, cambiar unas cosas por otras; pero, como no tienen conocimiento del verdadero valor de ellas, por casualidad se verifica un trato con igualdad, y sucede muy frecuente el engañarlos algunos españoles de pocas obligaciones que clandestinamente tratan con ellos, sin que el gobierno ni los administradores puedan remediarlo; porque, aunque muchas veces se les hace ver el engaño que han padecido, no hay forma de persuadirlos a que no compren ni vendan por solos, teniendo por mengua el que los consideren incapaces de comprar y vender.