United States or South Korea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Esto nos aumentó la curiosidad. Mandamos á las diez á una persona que fuera á espiar la salida del ministro de su casa para observar dónde iba.

Fue ese el tópico obligado, y Martí me decía: «los suramericanos enviamos trozos humanos putrefactos para que estos países los escarben y examinen, mandamos el rostro ensangrentado de la Patria para que estos países lo abofeteen». Sobre Cuba exclamaba: «Estoy desorientado y triste, pero con la mirada siempre fija en la cumbre inaccesible.

Y porque aquél está pobre y necesitado, mandamos quemar las coplas de los poetas, como franjas viejas, para sacar el oro, plata y perlas, pues en los más versos hacen sus damas de todos metales." Aquí no lo pudo sufrir el sacristán, y levantándose en pie, dijo: "¡Mas no, sino quitarnos las haciendas!

Cuando supo que no volvería yo al colegio, exclamó: ¡Qué se ha de hacer! ¡Conformarse con la voluntad de Dios! ¿Cuándo me mandan ustedes a este muchacho?... Que vaya a pasar conmigo algunos días. Le mandamos la mula; sale temprano de aquí, y en la noche estará con nosotros. Acepté la invitación. Cualquier día, señor cura... tendré mucho gusto.... Angelina se presentó en la sala.

Entramos en la posada todos tres juntos ya anochecido; mandamos aderezar la cena era viernes ; y entre tanto, el ermitaño dijo: "Entretengámonos un rato, que la ociosidad es madre de los vicios; juguemos Avemarias"; y dejó caer de la manga el descuadernado. Dióme a gran risa ver aquello, considerando en las cuentas.

»Item, que ningún poeta, por necesidad ni amor, pueda ser pastor de cabras ni ovejas, ni de otra res semejante, salvo si fuere tan Hijo Pródigo, que, disipando sus consonantes en cosas ilícitas, quedare sin ninguno sobre qué caer poeta ; mandamos que en tal caso, en pena de su pecado, guarde cochinos. »Item, que ningún poeta sea osado a hablar mal de los otros si no es dos veces en la semana.

Y, por acabar, llegué al postrer capítulo, que decía así: "Pero advirtiendo con ojos de piedad que hay tres géneros de gentes en la república tan sumamente miserables que no pueden vivir sin tales poetas, como son farsantes, ciegos y sacristanes, mandamos que pueda haber algunos oficiales de esta arte, con tal que tengan carta de examen de los caciques de los poetas que fueren en aquellas partes.

Entramos en la posada todos tres juntos, ya anochecido; mandamos aderezar la cena -era viernes-, y entre tanto, el ermitaño dijo: -Entretengámonos un rato, que la ociosidad es madre de los vicios; juguemos avemarías. Y dejó caer de la manga el descuadernado. Diome a gran risa al ver aquello, considerando en las cuentas.

Las últimas camisas que te mandamos las hizo ella, y ¡con qué cuidado! Dígame usted, tía, ¿quién es esa joven? ¡Ahora te diré! e interrumpiéndome, gritó: ¡Angelina! ¡Angelina! ¡Ven acá! Y continuó, dirigiéndose a : Está, con Carmen. Si vieras: es muy hábil para todo, muy hacendosa, o, como dice, señora Juana, ¡muy mujer! Es la alegría de la casa.

Nosotras rezamos por ; Pepa fué a misa ese día, y yo le encendí una lamparita a San Luisito, a tu San Luisito, para que te sacara con bien. Y dime, ¿te entregaron el dinero que te mandamos para el traje? Ya sabemos que ; pero te lo pregunto por saber si te lo dieron a tiempo. ; y por cierto que sentí mucho que ustedes hicieran ese sacrificio....