United States or Cayman Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Muchas horas de la noche pasaba en su casa en tétrica conversación con las patas de las mesas, o bien escribiendo con mano temblona lo que, según él, le decían este y el otro espíritu; y aunque tales majaderías no agradaban mucho a D.ª Laura, por ser remachada católica, la bendita señora no le decía una palabra, ni trataba de arrancar de la mente de su hijo las telarañas de aquella ridícula doctrina.

Abriola don Alejandro, que ya había entrevisto al pendolista en la bastarda algo temblona del sobre; leyó la firma ante todo, y dijo a Nieves: De quien yo me presumía por la letra. ¿De quién, papá? Del famoso farmacéutico. A ver qué se le ocurre al bueno de don Adrián.

Hubo un momento de silencio. Estaban en mitad del paseo de los Álamos, desierto a tales horas. La luna corría, detrás de las nubes tenues que el viento empujaba. Serafina dijo Bonifacio con voz temblona, pero de un timbre metálico, de energía, en él completamente nuevo ; Serafina, usted debe de tenerme por tonto. ¿Por qué, Bonifacio?

Luego vió aproximarse la cabeza de esta mujer con una rapidez agresiva, cual si fuese á morderle... Sus ojos, agrandados, lagrimeantes y vagorosos, parecían estar lejos, muy lejos. Tal vez no le veían... Su boca, temblona y azuleada por la emoción, una boca redonda y en relieve, como un músculo absorbente, buscó la boca del marino, apoderándose de ella, tirando de sus labios.

Y los tambores seguían redoblando detrás de la imagen, y las trompetas lanzaban su lamento, y todos cantaban a la vez, mezclando sus voces discordantes, sin que nadie se confundiese, comenzando y acabando cada uno su «saeta» sin tropiezo, como si todos fuesen sordos, como si el fervor religioso los aislase, sin otra vida exterior que la voz de temblona adoración y los ojos fijos en la imagen con una tenacidad hipnótica.

Sabían que los depósitos comunicaban con las alcantarillas, y ya dos o tres veces palidecieron creyendo ver cruzar una sombra negra, que no era sino la temblona silueta de alguna planta parásita, dibujada en el muro por las luces. De improviso, ambas exhalaron un grito; no cabía duda; sonaba el chillido agrio y agudo de la rata.

Yyyy... y es como el Evangelio, hiiigas... contestó una voz temblona como el balido de la cabra, y aguardentosa además. Explíquenos el parentesco, ande sugirió Amparo prestándose a la broma de su amiga.

No quiere obedecer a mamá... Pero es un ángel, un verdadero ángel.» Y acariciaba sus cortos cabellos con una mano temblona de emoción. Se habían sentado en un banco, colocándose ella entre los dos. ¡Qué felicidad!... Su padre a un lado, y al otro su hombre.

¿Qué años tendrá, señora Porcona? Sin mentir. ¡Busssss! pronunció la desvenadora. Así Dios me salve, ni de verdad el año que nací. Pero... y bajó la temblona voz sepades que cuando se puso aquí la fábrica, de las diez y seis primeritas fui yo que aquí trabajaron.... ¡Dónde irá la fecha! murmuró la Comadreja.

Los crustáceos viven metidos en corazas ó aprovechan como refugio las envolturas calcáreas, expulsando á sus dueños; los animales-plantas expelen toxinas; los seres planctónicos, transparentes y gelatinosos, queman como un cristal puesto al fuego; algunos organismos en apariencia débiles y blanduchos tienen en su cola la fuerza del berbiquí, perforando la roca hasta crearse una caverna de refugio en sus duras entrañas... Y los tímidos moluscos, de carne dulce y temblona, se habían fabricado los fuertes escudos de sus valvas, dos murallas cóncavas que al abrirse son puerta y al cerrarse son casa.