United States or Malta ? Vote for the TOP Country of the Week !


Uníase a la baja temperatura la humedad de su suelo atravesado por las alcantarillas de desagüe, el rezumar de ocultos y subterráneos estanques, que manchaba el pavimento y hacía toser a los canónigos en el coro, «acortando su vida», como decían ellos quejumbrosamente. La luz de la mañana comenzaba a esparcirse por las naves.

Ciertamente, el convento provisional de las Salesas no era buena vivienda, estaba situado en un barrio bajo, en lo más hondo de una vertiente del terreno, sin sol; allí desahogaban las mal construidas alcantarillas de gran parte de la Encimada, y, en efecto, en algunas celdas la humedad traspasaba las paredes, y había grietas; no cabía negar que a veces los olores eran insufribles; tales miasmas no podían ser saludables.

Las calles de Teruel son por lo general estrechas, tortuosas y medianamente empedradas, pero muchas hay muy aseadas y algunas con alcantarillas: para el sistema de las calles puede considerarse la ciudad dibidida en dos partes; por la del Salvador que unida al Mercado y calle del Tozal, corre de E. a O. formando una línea semicurva desde la puerta del Salvador a la antigua de Zaragoza.

A ese clero que condena a la tisis del hambre a dignos comerciantes, a padres de familia; a ese clero que dispersa los hogares y hunde en alcantarillas inmundas, mal llamadas celdas, a las vírgenes del Señor, y que entiende que las entrega a Jesús entregándolas a la muerte.

Una vez en que se trataba de la limpieza de los pozos negros de la Pola comenzó su discurso diciendo: «Setecientos mil dracmas gastaron los dorios en dotar de alcantarillas á Esparta...» Desde entonces le llamamos por aquí el dorio. ¡Oh, que c'est drôle! ¡Pero ese caballero es un loco! ¡De atar! respondió el joven Antero.

El adoquinado le enviaba por sus respiraderos la fetidez de unas alcantarillas solidificadas por la escasez de agua; los balcones esparcían el polvo de las alfombras sacudidas; el palacio-quimera se tragaba con una insolencia de rico novel todo el cielo y el sol que correspondían á Ferragut. Una noche sorprendió á sus parientes haciéndoles saber que volvía al mar.

Precisamente aquel día, mientras Benina con diligencia suma trasteaba en la cocina y comedor, Frasquito contaba a Obdulia cosas de París, y tan pronto, en su pintoresco relato, descendía a las alcantarillas, como se encaramaba en la torre del pozo artesiano de Grenelle. Muy cara ha de ser la vida en París le dijo su amiga . ¡Ah! Sr. de Ponte, eso no es para pobres. No, no lo crea usted.

Fuera de los mercados, los desvanes y las alcantarillas existe también la verdad. El mismo apóstol del naturalismo, Emilio Zola, lo reconoce pintando escenas de acabada y sublime poesía, que riñen ciertamente con sus exageradas teorías estéticas. No he querido en la presente obra herir al misticismo verdadero ni ridiculizar la vida contemplativa.

En obsequio a la verdad, hay que decir que se había olvidado "casi" de los millones de Calderón, que amaba ya a la hija "casi" desinteresadamente. ¿Conque ha hablado usted en el Ayuntamiento, Ramón? le preguntó Pacita . ¿Y qué ha dicho usted? Nada, cuatro palabras sobre el servicio de alcantarillas respondió con afectado aire de modestia el joven. ¿Pueden ir las señoras al Ayuntamiento?

La vida entre dos alcantarillas. ¿El mundo está perdido? Pues vámonos a vivir metiditos en un... inodoro. Y como esta palabra, si bien le parecía culta, no expresaba lo que él quería, sino lo contrario, añadió: En un inodoro... que es la antítesis así dijo de un inodoro. En fin, señores prosiguió ustedes defienden el absurdo y ahí no llega mi paciencia.