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Y al ver que, estupefacto por aquel brusco ataque, no respondía, siguió diciendo: Yo deseo hace mucho tiempo conocer el color íntimo de su mente de usted, no de la que se muestra en plena luz en conversaciones hechas para la galería, sino de la que se calla, de la que se reserva, de la que sólo se entrega cuando está segura de encontrar una simpatía. Estaba yo literalmente aturdido.

Usted podrá colocarlos en el canastillo de bodas, rogando al señor Martholl, que le conceda un pequeño plazo para la entrega de los otros cuarenta mil pesos. De esta manera los novios tendrán algunos años de absoluta seguridad, aunque la fábrica no marche bien, lo que no tenemos que temer, ciertamente.

El General Primo de Rivera entregó el primer plazo de 400,000 pesos mientras aún permanecían los dos Generales en rehenes. Nosotros, los revolucionarios, cumplimos por nuestra parte con la entrega de armas, que pasaron de mil, como consta á todo el mundo por haberse publicado la noticia en los periódicos de Manila.

Cuando la señora Marquesa guste, le haré la entrega y se enterará de todo por menudo. Señor D. Gregorio, ya V. sabrá que estoy casada. Aguardaremos a que venga mi marido para aceptar la herencia.

Como reza el dístico del poeta griego, que sirve de epígrafe a la novela, Carmen sabe morir y amar; es admirable cuando se entrega por amor y cuando por amor muere; tiene dos horas divinas: una en la muerte; otra en el tálamo. De atrás le viene al garbanzo el pico, según el decir vulgar. Desde muy antiguo es la cordobesa espejo, luz y norte de enamoradas.

Acostó su cara sobre la mejilla izquierda, y cómoda así, fijó los ojos en . No qué me decían sus ojos; posiblemente me daban toda su vida y toda su alma en una entrega infinitamente dichosa. Sus labios me dijeron algo, y tuve que inclinarme para oir: Soy feliz se sonrió. Pasado un momento sus ojos me llamaron de nuevo, y me incliné otra vez.

10 Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, 12 Entonces él os mostrará un gran cenáculo aderezado; aparejad allí. 17 Y tomando el vaso, habiendo dado gracias, dijo: Tomad esto, y partidlo entre vosotros; 21 Con todo eso, he aquí la mano del que me entrega, conmigo en la mesa.

Pensó Lotario que aquel hombre que había visto salir tan a deshora de casa de Anselmo no había entrado en ella por Leonela, ni aun se acordó si Leonela era en el mundo; sólo creyó que Camila, de la misma manera que había sido fácil y ligera con él, lo era para otro; que estas añadiduras trae consigo la maldad de la mujer mala: que pierde el crédito de su honra con el mesmo a quien se entregó rogada y persuadida, y cree que con mayor facilidad se entrega a otros, y da infalible crédito a cualquiera sospecha que desto le venga.

Podían entrar más adentro los alemanes: luego se vería cuántos lograban salir. La entrega de Bruselas no le produjo inquietud. ¡Una ciudad abierta!... Su rendición estaba prevista: así los belgas se defenderían mejor en Amberes. El avance de los alemanes hacia la frontera francesa tampoco le produjo alarma.

Medio sorprendida y medio violentada, en un instante de debilidad y de ceguera, casi sin conciencia y sin brío para resistir, Lully se rinde y se entrega a un hombre perverso y audaz que no la merece. Aun después de esta caída Lully procura consolarse con un ideal, ya que no nuevo, renovado.