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La imprevisora y loca cigarra de la fábula es un ser laborioso y dulce, explotado hasta la muerte. En cuanto á la hormiga, modelo de economía doméstica que los padres ofrecen á los hijos, es una bestia rapaz que desde el mundo de la pequeña animalidad influye fatalmente sobre los hombres.

Pamphilo declara su amor á Galatea, que no parece oponerse á él, aunque no pueda hablar de este punto mucho tiempo, porque la celan cuidadosamente sus padres, y no le es posible faltar de su casa.

Apenas lo supo Quatí, el cacique principal de todos, y el más fervoroso en el deseo de recibir el santo bautismo, cuando saliendo de de dolor, dió la vuelta con todos sus vasallos para vengar las muertes de los Padres.

A pesar de tener caracteres opuestos, habíamos congeniado con Martín. Sus padres vivían con holgura, y yo solía pasar en su casa una parte de las vacaciones.

8 y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste con él alianza para darle la tierra del cananeo, del heteo, y del amorreo, y del ferezeo, y del jebuseo, y del gergeseo, para darla a su simiente; y cumpliste tu palabra, porque eres justo. 9 Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el mar Bermejo;

39 Y los que quedaren de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos. 40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra ; y también porque anduvieron conmigo en oposición,

18 Mas los judíos no creían de él, que había sido ciego, y hubiese recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista; 19 y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? 20 Les respondieron sus padres y dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego;

La sociedad se recreaba con lo que se habían recreado sus padres y sus abuelos, y con lo que pensaban que se recrearían sus hijos. ¡Inocentes! Había allí un espíritu, sin embargo, que no merecía este calificativo.

Es verdad que daba a sus padres algo de las ganancias, pero reservándose buena parte; y como la labor era a destajo, en las yemas de los dedos tenía el medio de acrecentar sus rentas, sin que nadie pudiese averiguar si cobraba ocho o cobraba diez.

Por ganar almas para el cielo, vas a traer la discordia a casa de tus padres. Antes que hijo, eres cura. ¿No hallas nombre más despreciativo? Las palabras, contenidas por el temor de despertar a los viejos, sonaban como sofocadas, ahogando la prudencia las entonaciones de la ira.