United States or Antigua and Barbuda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Le tomó los papeles, y cuando sus dedos rosados tocaron los suyos, sintió un cosquilleo en el corazón, en la espalda y en las piernas, que, francamente, le hizo pasar un mal rato. Ella, ruborosa, le miraba con sus ojos brillantes e incomparables. Revisó los papeles a la ligera y se convenció de que no le daban luz alguna en la cuestión.

¿Y con esas teorías, y con esos... hígados dijo Verónica levantándose y dando a su amiga unos golpecitos en cada mejilla con el abanico cerrado , te me andabas con melindres al comenzar a hablarme de tu casamiento, como una colegialilla ruborosa? Pues, créeme respondió Sagrario, levantándose también : así y todo, me costaba empezar.

Su madre, que no se cansaba de contemplarle, había tenido que acelerar el final de la entrevista, asustada por ciertos ruidos. «Márchate; podría sorprendernos, y el disgusto sería enorme.» Y él había huído de la casa paterna saludado por las lágrimas de las dos señoras y las miradas admirativas de Chichí, ruborosa y satisfecha á la vez de un hermano que provocaba entre sus amigas escándalo y entusiasmo.

Al ver que los dos amorosos, terminando su almuerzo á toda prisa, se levantaban con ruborosa precipitación, como si les pinchase un repentino deseo, su mirada fué tierna y fraternal... ¡Adiós, compañeros! La voz de la viuda le trajo á la realidad. Ulises, hábleme de amor... Aún no me ha dicho en todo el día que me ama.

Don Álvaro vio que mientras la conversación general ocupaba a todos los convidados, que esperaban en el salón, en pie los más, la voz que les llamase a la mesa; Ana disimuladamente se había acercado al Magistral y junto a un balcón le hablaba un poco turbada y muy quedo, mientras sonreía ruborosa.

»Se interrumpió ruborosa y ambos instintivamente cruzamos una mirada. Nuestro espíritu comenzaba a vislumbrar la verdad. Fijé mis ojos en los de Magdalena y repetí, como si a mismo me hiciese aquella pregunta: » Una amiga muy conocida y muy querida desde la niñez... » Un amigo cuyo corazón no tuviese secreto para ... dijo Magdalena. » Buena, cariñosa, inteligente.

Y me los arrebataba; los leía en voz baja, sonriente y ruborosa, mientras yo, colocado a su espalda, la iba siguiendo en la lectura. ¡Bonitos! exclamaba. Pero todas estas cosas me gustan más cuando me las dices sin pensarlas. No por qué, pero los versos me parecen siempre ¡graciosas mentiras! Doblaba la hoja, se la guardaba, y me señalaba un asiento: Aquí, cerca de .

Mina cantaba a media voz, súbitamente ruborosa al pensar que Fernando estaba de pie detrás de ella, dejando caer su mirada sobre su nuca y sus espaldas. Se avergonzaba tal vez, con súbita coquetería, al verse mal trajeada y sin ningún adorno de tocador.

El pianista se creyó indemnizado de sus fatigas, y asomando la cara ruborosa por encima del piano, dio las gracias a la sociedad con sonrisa triunfal. Un joven que traía el pelo sobre la frente al estilo de los elegantes de Madrid aprovechó este momento de felicidad para obligarle a tocar un vals-polca.

Poco a poco, Bettina recobraba la ventaja sobre madama Scott, en el pensamiento de Juan. Aparecíasele risueña y ruborosa, en medio de las olas de oro de sus cabellos sueltos.