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La hoja mejor batida era aquella que había estado más cerca de partirse en la bigornia. Nueva confianza en su destino erguía ahora su hercúlea voluntad, y sentíase como ebrio de ilusión, llegando a decirse a mismo las frases admirativas que su sola presencia provocaría muy pronto por doquier. Luego examinaba, ponderaba. ¿Qué linaje en Castilla más claro y antiguo que el suyo?

El toro, cada vez más furioso por el engaño, acometía al lidiador, y éste repetía los pases de muleta, moviéndose en un limitado espacio de terreno, enardecido por la proximidad del peligro y las exclamaciones admirativas de la muchedumbre, que parecían embriagarle. Gallardo sentía junto a él los bufidos de la fiera; llegaban a su diestra y a su rostro los hálitos húmedos de su baba.

El matrimonio Lowe acogió con risas admirativas esta muestra de español de Mrs. Power. Y envuelta en el humo del cigarrillo que le dio Ojeda, siguió mirándolo con una fijeza audaz, como si concentrase toda su voluntad en esta contemplación, sin importarle los comentarios de las personas cercanas.

El, cada vez más atrevido, tomó otras banderillas y las clavó, desoyendo las protestas de la gente, que temía por su vida. Luego repitió la suerte por tercera vez, siempre con torpeza, pero con tal arrojo, que lo que en otro hubiese provocado silbidos fue acogido con grandes explosiones admirativas. ¡Qué hombre! ¡Cómo ayudaba la suerte a aquel atrevido!...

Su madre, que no se cansaba de contemplarle, había tenido que acelerar el final de la entrevista, asustada por ciertos ruidos. «Márchate; podría sorprendernos, y el disgusto sería enorme.» Y él había huído de la casa paterna saludado por las lágrimas de las dos señoras y las miradas admirativas de Chichí, ruborosa y satisfecha á la vez de un hermano que provocaba entre sus amigas escándalo y entusiasmo.

Maltrana había realzado su triunfo manteniéndose en serena modestia, fingiendo no ver las miradas curiosas y admirativas. El señor Munster le hablaba ahora con respetuosa gravedad, no osando permitirse más bromas con un hombre que andaba a tiros y almorzaba luego tranquilamente sin acordarse del peligro.