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Por el contrario, si halla en el libro un estilo proporcionado á su genio, ú otras cosas que á los principios le contentan, dice que el libro es bueno, y es lo mejor que se ha escrito. De este modo se hacen muchas críticas, y las hacen hoy sugetos de buena recomendacion; pero fuera facil mostrar que se hacen con manifiesta precipitacion de juicio.

La voluntad de vivir, la voluntad de gozar, la ilusión de la ganancia, obraban como anestésicos, se sobreponían á las preocupaciones, haciendo que todos olvidasen, para concentrar su existencia en el momento presente. Esta precipitación general hacia el juego abierto disgustó al príncipe y le hizo detenerse en la suave pendiente de los jardines.

La precipitación general hacía desaparecer la exagerada y untuosa amabilidad germánica. «Son como lacayos pensó Desnoyers . Creen próxima la hora del triunfo y no consideran necesario fingir...»

Bastante castigado estoy por los celos, por unos terribles celos que me han estado mordiendo el corazón, y me lo muerden todavía. ¡Celos! ¿De quién? ¿Me lo preguntas ? De lord Gray. has perdido el juicio dijo con precipitación y atropellándose en sus labios frases rápidas y confusas . ¡

Ya ves, Juanito dijo con precipitación el maestro . Acaba de subir de un golpe cerca de tres enteros. ¿Qué será esto? Hay que ver en seguida a don Ramón. Lo que es por esta vez, ¡se ha lucido! Pero no; él no se equivoca fácilmente. Aquí hay gato encerrado. De todos modos, debemos consultar en seguida a nuestro hombre. ¡Cristo! ¡pues apenas tiene la cosa importancia...!

Me espanta descender con precipitación del único pedestal que me sostiene. ¿Qué será de cuando sea yo vieja y fea? ¿Qué me quedará de respetable y de digno y de simpático cuando vengan la vejez y las enfermedades y poco a poco me vayan destruyendo y matando?

Ferragut tuvo la seguridad de que los fugitivos se reían de él al verle correr por la cubierta, que empezaba á combarse echando fuego por sus resquebrajaduras. Se vió, sin saber cómo, en el bote más pequeño, rodeado de varios negros y diversos objetos amontonados con la precipitación de la fuga: un barril de galleta medio vacío, otro de agua que sólo contenía unos pocos litros.

Y todos, como si despertasen de la calma letárgica del mar, mostraban un deseo famélico de ver tierra, de distinguir aquellas islas en las que no había de detenerse el buque. Abajo en el comedor almorzaban muchos con cierta precipitación, como gentes que han de ir al teatro y aceleran la comida por miedo de llegar tarde. «Tierra: ya se ve tierra», decían de mesa en mesa con una alegría infantil.

Algo más fundada es la censura, que se hace de algunos caracteres de Lope, que cambian de repente sin causa justificada, sobre todo al finalizar las comedias. No puede negarse, seguramente, que á veces así acaso suceda por la precipitación del poeta.

Contaba un amigo mío, marino, que cuando estuvo en ciertas ciudades de América, era muy mozo, y pretendía a las damas con sobrada precipitación, y que ellas le decían con un tonillo lánguido americano: ¡Apenas llega y ya quiere!... ¡Haga méritos si puede! . Si esto pudieron decir aquellas señoras, ¿qué no dirá el cielo a los audaces que pretenden escalarle sin méritos y en un abrir y cerrar de ojos?