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El conde contestó con pullas y burletas a la homilía: la gente, entre la que había no pocos forasteros, se puso de lado del burlón, a pesar de ser D. Luis el hijo del cacique; el propio Currito, que no valía para nada y era un blandengue, aunque no se rió, no defendió a su amigo; y éste tuvo que retirarse, vejado y humillado bajo el peso de la chacota.

Siempre le vimos como pariente nuestro, como individuo de la familia, igual a , igual a mis tías; pero el honrado viejo nunca quiso aceptar tales distinciones; nunca accedió a nivelarse con aquellos que consideraba sus amos. ¡Aquí estoy bien, Rodolfo! me contestaba, aquí estoy bien. Y sin sentirse humillado, sin desdeñar lo que tanto merecía, se quedaba en el sitio acostumbrado.

Los poetas más antiguos no temían presentar á los reyes como simples mortales, y, con frecuencia, con los vicios y las pasiones más torpes, ni se hacían escrúpulo tampoco de poner en los labios de los vasallos un lenguaje noble y libre contra los tiranos. ¡Cuánta no es la osadía y la entereza del Cid, de Guillén de Castro, frente al rey D. Sancho! ¡Cuán obstinado y arrogante no aparece el Bernardo del Carpio, de Lope, contra D. Alfonso el Casto! ¡Cuántas comedias no examinamos antes, en las cuales queda humillado el poder real por las culpas de los soberanos!

Yo contaba con seguir aquí, al servicio de usted, hasta el día en que debo estar en la hacienda, y he querido.... No, joven, no; lo que ha de ser tarde que sea temprano. Me sentí humillado, y callé. Vea usted, joven; agregó con dulzura quédese usted conmigo.... Le aumentaré los emolumentos; le daré cinco pesos más. ¡Creo que con eso no tendrá usted dificultades! ¡Imposible, señor!

Harto perturbada estaba ya mi mente con la vergonzosa catástrofe de Madrid antes de refugiarnos en este lugar. Hubo que vender los muebles que allí teníamos para acabar de pagar a los usureros y acreedores. Mi padre se vino aquí humillado y melancólico, y a poco murió. ¿Con quién querías que hubiese vuelto yo a Madrid? ¿Qué papel iba a hacer en Madrid la marquesita arruinada y bastarda?

Todo fue inútil y un día el anciano se vio atacado bajo el portal de una iglesia; marchó recto a su enemigo, sufriendo el fuego continuo de su revólver, llegó junto a él, lo tendió de un balazo, y luego le enterró una daga en el corazón hasta la empuñadura.... ¡No lancéis la primera piedra contra ese hombre de cabellos blancos, débil, creyente y devoto, que se había humillado, hundido la frente entre el polvo a los pies de su adversario y que había vivido la vida amarga y angustiosa del peligro a todas horas y en todos los momentos!

29 ¿No has visto como Acab se ha humillado delante de ? Pues por cuanto se ha humillado delante de , no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa. 1 Reposaron tres años sin guerra entre los sirios e Israel. 2 Y aconteció al tercer año, que Josafat rey de Judá descendió al rey de Israel.

Además, jugó fuerte en el club hasta la madrugada, en busca de fugitivas ganancias. ¡Ay, su amor!, ¡su pobre amor humillado y envilecido por las preocupaciones del dinero!... ¡Adiós las inconsciencias del pájaro errante, el desprecio por las previsiones del mañana!... Sus besos tenían muchas veces el crispamiento de caricias desesperadas; quedábanse de pronto absortos los dos y tenían miedo de preguntarse en qué pensaban.

Cuantos más requiebros la soltaba, cuanto más le hacía comprender que le causaban impresión sus atractivos, más indiferente y distraída se mostraba ella. Con su donaire peculiar cortaba en seco cualquier lisonja, desviaba ingeniosamente la conversación y la encauzaba hacia los temas filosóficos en que tanto se placía. Velázquez se sintió humillado.

No bien fue de día claro, combatientes y padrinos fueron a un sitio apartado y esquivo, a más de dos kilómetros de la fonda, a una pradera sin árboles, en medio del bosque. Todo se hizo allí como estaba concertado. Arturito, sostenido por el pundonor, disimulaba su abatimiento: conocía que el duelo era inevitable, sopena de quedar para siempre humillado, pero presentía el desenlace más triste.