United States or Central African Republic ? Vote for the TOP Country of the Week !


El hombre le dio las gracias lo peor que supo, y fuese, y los circunstantes quedaron admirados de nuevo de los juicios y sentencias de su nuevo gobernador. Todo lo cual, notado de su coronista, fue luego escrito al duque, que con gran deseo lo estaba esperando. Y quédese aquí el buen Sancho, que es mucha la priesa que nos da su amo, alborozado con la música de Altisidora.

De buena gana la daría y aun me quedaría allá, pero mis papás no tienen más hijo que yo... y ya ve usted. Quédese usted, quédese usted... No piense en Madrid por ahora... Tiempo le queda para saber lo que es aquello. No vaya usted á creer, condesa, que es curiosidad lo que siento, no; es el deseo que tengo de llenar ciertos vacíos que hay en mi espíritu lo que me obliga á pensar en Madrid.

Quédese, se lo ruego. Se sentó al lado del escritorio, y yo en la sillita baja que siempre ocupo junto al sillón de mi padre. Hoy hace un mes, sufrí una gran decepción; ya sabe usted lo que quiero decir y en qué forma brutal se hizo la luz. Hubiera sido menos cruel para el oír la verdad de su boca de usted. ¡Era imposible!

Quédese esto para mañana... A dormir se ha dicho». No durmió Maximiliano pensando en la escena que iba a tener con su tía.

Y bien, no los cierre usted.... Ábralos, por el contrario, todo lo que pueda.... Quédese usted en París y á las horas de la distribución del correo esté siempre en casa del portero ...¿El señor Bobart le conoce á usted? No, señor. Tan pronto como tenga usted noticias que darnos, vuelve sin perder ni un segundo. El señor puede contar conmigo. Y salió.

, señora, el rey; y por cierto que te le hemos puesto blando como un guante; el padre Aliaga, que es muy amigo tuyo y muy bendito hombre, y yo, que soy un loco muy hombre de bien: conque hermana reina, quédese en paz y créame, y déjeme ir, y sobre todo, los mil y quinientos... y cuenta que no los das por la vida de don Rodrigo, sino por la tuya.

Por ahora, quédese como está el asunto; es decir, en que le he comprendido a usted, y en que no es el que usted merece el puesto con que se conforma para tomar el sol y el aire... Otra cosa: ¿oye usted la mar?... ¿No parece que está relatando la historia por lo bajo, para que se entere papá, y murmurando contra usted porque la dejó sin la presa que ya estaba devorando?

Estando un caballerito En la isla de León, se enamoró de una dama y ella le correspondió. Que con el aretín, que con el aretón. Señor, quédese una noche, quédese una noche o dos, que mi marido está fuera por esos montes de Dios. Que con el aretín, que con el aretón. Estándola enamorando, el marido que llegó: Ábreme la puerta, cielo, ábreme la puerta, sol. Que con el aretín, que con el aretón.

Maltrana hizo un movimiento de impaciencia. ¿Qué tenía que ver su pobre madre en lo de ahora?... ¿Quería ayudarle, o no?... La vieja siguió gimoteando, sin contestar, y el joven púsose de pie con ademán resuelto. Adiós, abuela. Quédese usted con lo suyo. Ya lo que debo hacer. Pero antes de que volviese la espalda, la trapera se abalanzó a él. ¡Isidrín... hijo mío... quédate!

La sin par Dulcinea del Toboso es quien es, y la señora doña Belerma es quien es, y quien ha sido, y quédese aquí''. A lo que él me respondió: ''Señor don Quijote, perdóneme vuesa merced, que yo confieso que anduve mal, y no dije bien en decir que apenas igualara la señora Dulcinea a la señora Belerma, pues me bastaba a haber entendido, por no qué barruntos, que vuesa merced es su caballero, para que me mordiera la lengua antes de compararla sino con el mismo cielo''. Con esta satisfación que me dio el gran Montesinos se quietó mi corazón del sobresalto que recebí en oír que a mi señora la comparaban con Belerma.