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El viejo, a pesar de su tacañería y sus manías, era un hombre puro y recto. Juanito pensaba ir en su busca como en otros tiempos, pues sus consejos eran como un baño de dignidad y rígida honradez, que le hacían resistir mejor la atmósfera de putrefacción moral de su casa. Cada vez se sentía más alejado de la familia.

El apoderado pretendía infundir ánimos a su matador, aconsejándole, como siempre, que se fuese recto al toro... «¡Zas! estocada y te lo metes en el bolsillo»; pero al través de su entusiasmo notábase cierto desaliento, como si empezara a cuartearse su fe y dudase ya de si Gallardo era «el primer hombre del mundo». Tenía noticias del descontento y la hostilidad con que le acogían los públicos.

Precisamente ahí está el quid como se dice vulgarmente; claro está que es laudable ayudar al gobierno cuando se le ayuda con sumision, siguiendo sus disposiciones, el recto espíritu de las leyes en consonancia con las rectas creencias de los gobernantes y no estando en contradicion con el primitivo y general modo de pensar de las personas que tienen á su cargo el bienestar comun de los individuos que constituyen una sociedad.

Piensa que los dogmas estorban al impulso del alma hacia Dios, cuando, por el contrario, son para ella un punto de apoyo sólido que nos impide extraviarnos del camino recto; y porque así se lo digo me encuentra el entendimiento estrecho y limitado. Siento cernerse su desdén sobre mi cabeza y esto me produce una timidez que me cuesta trabajo dominar.

Ni en obras ni en historia tiene aquel nada notable que de contar sea. Poco más de una hora de buena boga separa á Castilla de Magallanes. Este pueblo también se llama Pariná, nombre de un árbol muy corpulento, recto y de mucha consistencia que abunda en aquel terreno. Este pueblo situado á la entrada de la gran ensenada de Sorsogon, fué antiguamente centro de vida y movimiento.

Don Acisclo dio por evidente que tal carta sería una nueva tontería del Marqués. Sin embargo, según queda dicho ya varias veces, don Acisclo era un varón recto y temeroso de Dios; jamás faltaba a la probidad ni a la justicia, tratando de conciliarlas con su medro; y cumplía fielmente los encargos cuando el cumplirlos costaba poco o nada.

A ver quién es más valiente dijo acariciando el arma; por te prometo que no he de temblar; pero no vayas a echar el tiro por la culata: recto al corazón y me lo partes, para no sufrir más... Suspiró, guardó otra vez la alhajita y abandonó el tronco, internándose en el sauzal.

Y remató su canto con un escobilleo que arrancó voces de admiración: los pies se movían con tal presteza, mientras el tronco permanecía recto, que era imposible seguirlos con la vista. La muchacha volvió a su asiento, y el mocetón quedó gozando de su triunfo, orgulloso y satisfecho.

Ciertas declamaciones y diatribas contra los vicios, la corrupción y el lujo, me han parecido siempre más propias de la envidia o de la sandez que de un espíritu recto y juicioso.

Se dice con frecuencia: un ángulo no puede ser al mismo tiempo recto y obtuso; pero jamás se dice el ángulo recto no puede á un mismo tiempo ser obtuso, sino absolutamente: el ángulo recto no puede ser obtuso.