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No ha reformado con una mala teja su antigua casita de la plaza, ni ha vuelto a poner en ésta los pies; y se comprende en un hombre de sus circunstancias; muerto el señor cura, don Justo, ¿qué otra persona quedaba allí con quien «pudiera entenderse» él?

En los muebles finísimos de caprichosa construcción, los dorados se habían vuelto negros.

No lloro por lo que usted cree suspiró ella , lloro por misma, por mi desgracia, que no tiene remedio. Estoy sola en el mundo. Mi marido no ha vuelto á casa hace dos días... y tal vez no volverá. ¡Quién sabe qué calumnias le han contado!... Me quedaban mis amigos, mis buenos amigos; el uno ha muerto y el otro anda fugitivo. Sólo podía contar con usted... ¡y usted se marcha para siempre!

Debía sentir impaciencia por encontrarse con él. Media hora antes la había visto en el paseo mirando a todas partes, como si lo buscase. Ni siquiera había hecho sus arreglos matinales. Iba como si se hubiese vestido a toda prisa, y con la melena alborotada. Debe haber vuelto a su camarote para adecentarse un poco. Tiene hambre de verle.

No obstante, de tal manera fijó la atención de Miranda lo que decían, que inmóvil y vuelto todo oídos, no respiraba casi.

Habíase vuelto muy indulgente con los demás, al par que severo consigo mismo. Al pisar el atrio de Ulloa notaba una impresión singularísima.

Vuelto a Filipinas a los 18 años, e hijo de médico, estudió medicina tres años. Es ahora capitán de constabularios al servicio de los Estados Unidos. Luce como buen esgrimista y apasionado de la música.

Viendo lo cual el gran gobernador, preguntó al acreedor qué respondía a lo que decía su contrario; y dijo que sin duda alguna su deudor debía de decir verdad, porque le tenía por hombre de bien y buen cristiano, y que a él se le debía de haber olvidado el cómo y cuándo se los había vuelto, y que desde allí en adelante jamás le pidiría nada.

Luego, al volver á casa, encontraba al otro, y mi ilusión era tan enorme, que los confundía á los dos en uno solo, imaginándome que todo era mentira, el tiempo y la guerra, que mi hijo vivía aún, que había vuelto de su cautiverio y estaba á mi lado.

El cuidado de su tocador le ocupaba gran parte de la mañana. Había vuelto a dedicarse a la equitación y paseaba todos los días por el Bosque de cuatro a seis. Comía con su esposa siempre que no estaba invitado a la mesa de la señora Chermidy.