United States or Yemen ? Vote for the TOP Country of the Week !


Alcaparrón dio un respingo para librarse de la garra del aperador, y moviendo las manos con ademanes femeniles, acabó por persiguarse. ¡Uy!, zeñó Rafaé y qué malo que es uzté... ¡Jozú! ¡y qué cosas dice este hombre!

Sus manos eran quizás un poco cortas, pero blancas como el marfil, con los dedos redondos, ondulosos, regordetes, en los que, no obstante, se adivinaba la garra. Su pie era el pie corto de las andaluzas, redondeado, lo mostraba tal como era y no cometía la tontería de usar botas largas.

Suele ocurrir a veces en aquellos países en que la fiera y el hombre se disputan el dominio de la naturaleza, que éste cae bajo la garra sangrienta de aquélla; entonces el tigre empieza a gustar de preferencia su carne y se llama cebado cuando se ha dado a este nuevo género de caza, la caza de hombres.

Sentía la presión de esta garra en su cintura, cada vez más apretada, más feroz. Freya le tenía sujeto con uno de sus brazos. Violentamente se había enroscado á él y le apretaba el talle con toda su fuerza, como si pretendiese partir en dos su cuerpo vigoroso.

Entonces se precipitó y penetró en el zaguán. El farol, que lo alumbraba de diario, daba poquísima luz aquella noche. No bien entró D. Luis en el zaguán, una mano, mejor diremos una garra, le asió por el brazo derecho. Era Antoñona, que dijo en voz baja: ¡Diantre de colegial, ingrato, desaborido, mostrenco!

Alza su vuelo el águila altanera ráuda cruzando pueblos y naciones, y hace con sus despojos y pendones arco triunfal á su triunfal carrera. Tiembla aterrada y muda Europa entera por su acerada garra hecha girones desde las frias, árticas regiones, hasta la Italia donde el sol impera. Quiere herir al Leon envanecida, mas, de su roja crin tendiendo el pelo, su zarpa clava en ella y cae vencida.

Entonces, cuando la concurrencia era mucha y no alcanzaba la gente de mostrador adentro a servirla al punto, se alzaba ella poco a poco de su silla y despachaba también, con una mano sobre lo pedido, como garra de león sobre la carne palpitante, cuando hay quien le mire, y en la otra la calceta, hasta que veía en el mostrador, y bien contado con los ojos, el dinero que valía la droga aprisionada.

Son el reflejo vivo del arte primitivo del pueblo del Nilo; ¡he ahí la inmovilidad de las cariátides, el aplomo bestial de la esfinge, la línea grosera del cuerpo, la escama saliente y áspera de la piel, la garra tendida, fija, cimiento del grave peso que soporta, el ojo entrecerrado como si el alma que palpita dentro de la inmunda mole, estuviera embargada por la visión del más allá!

Cada vez que volvía a su casa el estudiante, era recibido por su padre con la misma caricia muda. El duro había sido reemplazado por billetes de Banco, pero la garra poderosa que se posaba sobre su cabeza, acariciábale cada vez con mayor flojedad; pesaba menos. Rafael, por sus ausencias, notaba mejor que los demás el estado de su padre. Estaba enfermo, muy enfermo.

¡Ah!... ¡re-sangre! si digo que voy a echar al gato esa lengüecita... dijo Tablas abalanzando sus pesadas manos hacia la cara de la Pimentosa. Quita allá esas aspas de molino replicó ella rechazando con extraordinaria energía las manos de su hombre. Maldita sea la hora.... Bramando así con insensata ira, Tablas hizo un gesto, o instantáneamente enganchó en su garra el moño negro de la giganta.