United States or Sierra Leone ? Vote for the TOP Country of the Week !


Corrió a casa de su prometida y le contó sollozando lo que ocurría; se confesó con ella por vez primera. La buena Fernanda unió sus lágrimas a las de él, enternecida por la suerte de la infeliz criatura y por el dolor de su amado. Larguísimo rato pasaron comentando los terribles sucesos y buscando medios de conjurar aquella ruin venganza.

Ana recordaba entonces a su Magistral y lloraba enternecida. «¡Qué grande hombre era y cuánto le debía! ¿Quién sino él había sembrado aquella piedad en su alma?». En cuanto pudo levantarse, uno de sus primeros cuidados fue escribir a don Fermín una carta con que había soñado ella muchas noches, que era uno de sus caprichos de convaleciente.

En algunos momentos de reflexión serena examinaba con disgusto la semejanza de aquellas dos emociones. Tan profunda y sinceramente enternecida se sentía al contemplar la belleza artística que ella creaba, como contemplando la hermosura de la idea de Dios. ¿Sería que uno y otro sentimiento eran religiosos? ¿O era que en la vanidad, en el egoísmo estaba la causa de aquel enternecimiento?

¡Viva! balbució Amparo toda enternecida, ahogándose . ¡Viva usted... muchos años! Y el viejo y la niña estaban a dos dedos de romper a llorar, y algunos de los convidados se reían a socapa viendo aquel brazo paternal que rodeaba aquel cuello juvenil. La Unión del Norte ¡Cuidado si hace calor!

Vázquez repuso, con enternecida gratitud: Es esto muy amable de su parte, Laura... Espero que cumpla su promesa... ¡Y crea que será para un gran placer recibir en mi casa a mis queridos amigos Adolfo y Laura Itualde!

Querida abuela respondí, apoyando la cabeza en su hombro, si esas aborrecidas solteronas fuesen la causa de mi felicidad, ¿las detestarías?... No, hija mía dijo la abuela enternecida. Tu dicha es mi única preocupación... de modo que crees... balbucí confusa, , creo... ¿Ya no eres opuesta al matrimonio? Muy poquito ya... casi nada.

La acometió un rapto de apasionada locura, y se colgó súbitamente al cuello de su amante, cubriéndole de besos: después, como un pájaro herido de amor, se dejó caer sobre la nieve y obligó a Miguel a sentarse a su lado: y comenzó a recitar con voz enternecida el poema que más le había subyugado nunca, Le Lac, de Lamartine.

En un principio había orado con admiración respetuosa, con el alma y el cuerpo prosternados, más asustada que enternecida, como el que hace una declaración de amor; pero así que por mil señales manifiestas comprendió que Jesús correspondía a su pasión y se la pagaba con creces, encontró más libertad y elocuencia en sus palabras y una felicidad más firme en todo su ser.

El joven cortesano se despojó rápidamente de sus zapatos, la hizo sentarse sobre la paredilla del camino, arrodillose delante y la calzó delicadamente, gozoso de dar una prueba de estimación a aquella gentil criatura, que tantas le había dado de constante afecto. Ella la recibió sonriendo, ruborizada y enternecida. Como Andrés tenía el pie chico, los zapatos le ajustaron regularmente.

Su corazón, después de la estancia en la ciudad estaba ansioso de la libertad de los bosques, del canto de los pájaros, de aquella luz tan suave, de aquella brisa fragante que recordaba con dolor mientras estuvo prisionera en Oviedo. Llegó por fin á su castañar, que no había visto haría cerca de un año, y se sintió enternecida.