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¡Y pensará el simplón que no le he sorprendido el contrabando! díjose, muy aparte, el marqués, cuando se enteró de todos estos tejemanejes . ¡A con esas disculpas de colegial! ¡Al que ha sido cocinero antes que fraile! ¡Semejante majaderote! ¡Como si tuviera el lance nada de particular, o nos interesara a nosotros cosa alguna!

Díjose entonces en España por proverbio «Los Gelves, madre, malos son de ganaraunque no pudiera presentirse que habían de ser teatro de desastre harto más serio, por uno de los mayores de la historia militar española, así en pérdidas de personal y material, como en la más sensible de la reputación y de la confianza ganada con tantas victorias anteriores.

Sobrevino la justicia; ocultose el suceso a mi madre, que fuera impío decirla recién parida que se había quedado viuda y con aquellas apariencias; el mundo no juzga más allá de lo que se ve en la superficie, y todos echaron a la peor parte lo que había acontecido, y díjose, porque así lo creyeron, que mi padre, enamorado de la hermosura de Lisarda, secretamente se había venido de Nápoles, y con Lisarda se veía en secreto, y que tal vez algún otro enamorado, celoso de Lisarda, las dos muertes había hecho.

Mas al ver el cadáver del comisario Rodríguez se dijo que bien podían nombrar para suceder al muerto a un extraño que le pidiera renunciara él su puesto, así colocaba allí algún pariente o amigo... «En tal caso dijose, me ofreceré de mayordomo a mi buen amigo don LucasDespués se le ocurrió que acaso le asesinaran allí mismo, como a Rodríguez.

Díjose que las lágrimas que había derramado eran lágrimas de felicidad; y como transportada de alegría, echando hacia atrás con sus dos manos su abundante cabellera, murmuró: ¡Estoy salvada!

Y esto fue porque, de allí a pocos días, se dijo en el lugar como en una ciudad allí cerca se había casado don Fernando con una doncella hermosísima en todo estremo, y de muy principales padres, aunque no tan rica que, por la dote, pudiera aspirar a tan noble casamiento. Díjose que se llamaba Luscinda, con otras cosas que en sus desposorios sucedieron dignas de admiración

Díjose que si el General riñó con la condesa, si ésta pasaba su vida en las quintas de placer, si S. E. estaba aburrido, si el consul francés, si hubo regalos, etc., etc., y danzaron muchos nombres, el del chino Quiroga, el de Simoun y hasta los de muchas actrices.

Mas de repente, cuando esta voz tomaba cuerpo y comenzaba a excitar en los ánimos el terror que infunde todo poder oculto y la indignación que inspira toda cobarde añazaga, levantóse otra voz contraria, que nadie supo nunca de dónde salía ni quién la atizaba, y que se extendió, sin embargo, por todas partes, con grandes visos de certeza, a la manera que esparce un pozo subterráneo por todos lados sus húmedas filtraciones... Díjose que en el fondo de todo aquello había tan sólo una intriga galante, que existía en el Juzgado un billetito concediendo una cita y que obraba también en poder del juez una prenda acusadora, perteneciente a la promovedora del crimen: una talma de pieles de castor, marcada por la parte de dentro con una etiqueta negra, en que con letras rojas decía: Worth.

Es preciso que haya quien me vengue díjose el moribundo; y haciendo venir un escribano, dictó su testamento, dejando a aquella arpía por heredera de su fortuna, con la condición de que había de contraer segundas nupcias antes de cumplirse los seis meses de su muerte, y de no verificarlo así, era su voluntad que pasase la herencia a un hospital.

Díjose que la noche anterior Cristeta no había salido del teatro acompañada sólo de su tío; que con ellos iba un caballero de treinta y tantos años, buen mozo y elegante; añadiose que Cristeta se apoyó en su brazo para llegar desde su cuarto a la calle, que luego siguieron juntos, ella bien arrebujada en su abrigo, él subido el cuello del gabán de pieles, y detrás, a dos pasos, como guardia de respeto, el tío estanquero.