United States or Uruguay ? Vote for the TOP Country of the Week !


Un decreto del Parlamento prohibió en el año de 1547 las representaciones religiosas de la confrérie de la Passion; disolvióse en el de 1547 la hermandad de la Bazoche; y si bien este linaje de composiciones religiosas duró todavía algún tiempo, y aún quedan hoy ciertos vestigios de ellas , puede afirmarse que desde fines del siglo XVI perdieron en general su importancia, y comenzaron á decaer en todos los paises de Europa, menos en uno.

Desde entónces comenzó á decaer Toledo, aislada y sin industria, no obstante su condicion de metrópoli de la iglesia católica en España. No habiendo pasado en Toledo sino tres dias, que son suficientes para un viajero que no es artista, apénas pude recoger impresiones rápidas.

El lujo era para ella lo que el cristal tallado para una esencia: su envase natural. La primera vez que, habiéndome yo olvidado de darme una nueva inyección antes de entrar, me vió decaer bruscamente en su presencia, idiotizarme, arrugarme, fijó en sus ojos inmensamente grandes, bellos y espantados. ¡Curiosamente espantados! Me vió, pálida y sin moverse, darme la inyección.

Tambien puede haber entre los tales Césares españoles la política natural de no descubrirse á quienes los domine, para que no alteren el modo de gobierno, y leyes municipales entre si acordadas, con que puede ser esten bien hallados: pues la parcialidad entre ellos dominante, mas querrá carecer de las útilidades que les podia proporcionar la sugecion al Rey de España, que decaer de la autoridad, que pueden pensar establecida en su descendencia.

La monzon del SO. se empieza á sentir en Junio, quedando fija para Julio, siendo floja aunque muy constante; en Octubre empieza á decaer, estableciéndose la NE., cuya época de mayor fuerza es Diciembre y Enero. Sigue una época de vientos variables del NO. NE., y algunas veces cambia al E., disminuyendo en Marzo con fuertes terrales.

Con tales condiciones, forzosamente tenia que decaer el arte ojival en el siglo XV; y si á esta decadencia se agregaba en el siglo XVI el abandono que de él hacian los pontífices y el fomento que daban al nuevo sistema arquitectónico los príncipes y magnates, y la misma Iglesia un tanto secularizada, claro es que del antiguo modo de edificar no podian quedar en breve mas que los mudos ejemplos en los monumentos y el indiferente recuerdo en los hombres.

Los tales discos llegaban casi á la cintura de sus guías, y eran de oro macizo, teniendo por adorno el relieve de una gran águila con las alas desplegadas y una especie de escudo con rayas y con estrellas. Volvió á decaer el interés mientras iban desfilando otros esclavos por parejas.

A mediados del siglo XVIII esta procesión de Vía-Crucis comenzó á decaer de visible manera por muchas y diversas causas, desapareciendo luego muchas de las cruces que se alzaban en el camino en 1816, y otras posteriormente, cuando ya estaba por completo en desuso la práctica de recorrer esta famosa Vía-sacra.

«, sentía que dentro de su cuerpo había algo que hacía crac de cuando en cuando. Había polilla por allá dentro. Y lo que él temía no era la enfermedad por la enfermedad, la vejez por la vejez; no; era buen soldado del amor, héroe del placer, sabría morir en el campo de batalla. Su inquietud era por otro motivo. Morir, bueno; pero decaer y decaer en presencia de Ana era horroroso; era ridículo y era infame. ; él faltaba a su juramento envejeciendo, perdiendo fuerzas. Recordaba con escalofríos épocas pasadas en que decadencias pasajeras, producidas por excesos de placer, le habían obligado a recurrir a expedientes bochornosos, buenos para referirlos entre carcajadas en el Casino, a última hora, a Paco, a Joaquín y demás trasnochadores, para referirlos después de pasados, cuando el vigor volvía y ya las trazas cómicas no eran necesarias; pero expedientes odiosos como la miseria y sus engaños. Aquel fingir juventud, virilidad, constancia en el amor corporal, parecíale a don Álvaro semejante a los recursos de la pobreza ostentosa que describe Quevedo en el Gran Tacaño.

Casi ella sola sostuvo el peso de una conversación que a cada momento amenazaba agotarse y dejarnos con la boca abierta. Merced a aquel esfuerzo de habilidad y de voluntad la comedia que representábamos llegó hasta el final sin decaer, y no dio margen a ningún incidente que le hiciera demasiado chocante.