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Entonces la Tierra irá inclinando cada vez más hacia el Sol su polo austral, y el arco diurno boreal irá siendo más pequeño que el nocturno. El día más largo y la mayor noche del hemisferio boreal.= Las variaciones que acabamos de indicar se efectúan de ese modo en todos los puntos de la Tierra comprendidos entre los círculos polares, es decir, pertenecientes á la zona tórrida ó á las templadas.

En aquella avanzada estación, la partida pronto salió de las regiones húmedas y templadas de las colinas, al aire seco, frío y vigoroso de las sierras. El sendero era estrecho y dificultoso; hacia el mediodía, la Duquesa, dejándose caer de la silla de su caballo al suelo, manifestó su resolución de no continuar más allá. El paraje era singularmente imponente y salvaje.

Ya se entraba la tarde, una de esas tardes templadas, casi tibias en mitad del invierno, que suelen suceder a una semana de frío intenso. Comenzaba a oscurecer. A través de los cristales y sus cortinas blancas, entraba con el crepúsculo una luz tan azulada, que el aire de la habitación y las caras se revestían de su azul.

En la exigua parte conocida, todo lo que la imaginación más ambiciosa puede pedir a la corteza de la tierra, desde los productos tropicales más valiosos hasta los frutos de las zonas templadas.

Los domingos, y también algunas tardes serenas y templadas entre semana, iba todo el colegio de paseo, alumnos y profesores: marchaban de dos en dos uniformados por las calles de Madrid, y salían a menudo por el Salón del Prado hacia Atocha o por la puerta de Toledo hacia San Isidro.

4 que enseñen a las mujeres jóvenes a ser prudentes, a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, 5 a que sean templadas, castas, que tengan buen cuidado de la casa, excelentes, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean templados;

Las ideas políticas de éste, aunque muy democráticas, estaban templadas por aquella eterna y dulce y amable sonrisa de que hemos hecho mención: esta sonrisa era el mejor salvo-conducto para entrar y ser bien acogido en todos los salones de la corte: gracias a ella, D. Bernardo Rivera, que no tenía pizca de demócrata ni abolicionista, se dignaba otorgarle su amistad protectora: «Es un muchacho excelente solía decir, salvo sus ideas...; pero ya las irá modificando con el tiempoCon aquella sonrisa, beneficiada con acierto, se podía hacer una gran carrera.

La riqueza vegetal de aquellas costas, bañadas por un sol de fuego que hace fomentar los infinitos detritus de los bosques, la abundancia de frutas tropicales, a las que el estómago del hombre de Occidente no está habituado, los cambios rápidos de la temperatura, la falta forzosa de precaución, la sed inextinguible que origina transpiración de la que aquel que vive en regiones templadas no tiene idea, la imprudencia natural al extranjero, son otros tantos elementos de probabilidad de caer bajo las terribles fiebres palúdicas de las orillas del Magdalena.

Y entre los oros de la tarde incierta vuela al capullo de tus labios rosa la mariposa de mi alma muerta... Cual átomos de raras pedrerías los pensamientos de la luz circulan en las templadas brisas que modulan un desplegar de ténues sederías. Salta en collar de rotas melodías, que en musicales ópalos ondulan, la risa entre sus dientes que simulan un éxtasis de esclavas perlerías.

Compró Lucía de cuanto pudo hallar en el puesto, hasta un rosario de esas cuentas verdosas y turbias como un agua amarga, que no sin gran verdad analógica se llaman lágrimas de Job. ¡No cómo te gusta ese rosario tan feo! decía Pilar. ¡Mira! exclamaba Lucía . ¡Si parecen lágrimas de veras! Mas también la golondrina de Levante se voló, en busca de zonas más templadas.