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Desgraciadamente al poco tiempo de inaugurado aquel canal, se cerró para la navegación por la gran masa de arena que en sus bocanas acumularon los efectos de un tifón, encontrándose á la fecha este paso en tal situación, esperando que algún día se abra de nuevo ante las necesidades comerciales de la provincia, recomendando para la fecha en que se verifique, la necesidad de hacer un dique ó rompe-olas á alguna distancia de sus bocanas, para evitar la aglomeración de arenas que allí remueven las fuertes mareas.

Me parece que una causa profunda hace al pueblo español por todas partes poeta: inteligencias caidas, como aquellos nobles de otro tiempo descendidos á la plebe, con organizaciones é instintos desenvueltos; mentes elevadas y ociosas que se remueven y agitan én su nada, revelando su elevada condicion por entre los harapos que las cubren.

El río corre rumoroso, de escalón en escalón, entre dos ringlas de viejas casas; las calles son estrechas, sórdidas; un olor de humedad y cocina se exhala de los porches oscuros; tocan las campanas a las novenas; entran y salen en las iglesias mujeres con mantillas negras, hombres que remueven en el bolsillo los rosarios.

A pesar de ésto, la ilustración actual de Filipinas es muy superior á lo que comunmente se cree; pruébanlo aquellos claustros de profesores de su Universidad é Institutos nutridos hoy con un crecido número de insulares, gallarda muestra de las ambiciones de progreso que allí se remueven de contínuo, anhelando conocer el más allá que hasta ahora les fué vedado investigar.

En tan remotos países, donde parecía natural que no existieran otras aspiraciones que las de una noble emulación, tras de conseguir el engrandecimiento nacional, se remueven de contínuo ambiciones ocultas, manteniendo latentes las luchas sostenidas en épocas pasadas entre las distintas órdenes monásticas que allí ejercen la cura de almas, sin otro objetivo que el de extender paulatinamente la esfera de su influencia.

Había ya pasado el período del crecimiento, esa iniciación de la adolescencia, en la cual las facciones se remueven antes de adquirir su definitiva forma y los miembros se prolongan y adelgazan. Ya no era la muchacha zanquilarga, con movimientos de pilluela que parecían querer arrojar lejos las faldas.

Las dos tienen los brazos cruzados so el delantal; una cierra los ojos y echa la cabeza sobre el pecho; otra, las puntas del pañuelo cogidas en la boca, echa hacia atrás la testa y mira de cuando en cuando con los ojillos entornados... Pasan dos, tres estaciones; cruza el convoy sobre una redoblante plataforma giratoria. Las viejas se remueven sobresaltadas.

Las fiestas que en él se celebran no afectan ya peculiar y exclusivamente á un grupo determinado de personas: son otros tantos acontecimientos que preocupan, agitan y remueven á las tres cuartas partes de la población: á la una, porque es la que baila allí; á la otra, porque va á ver bailar, ó á pasearse por los jardines, ó á cenar en el ambigú; y á la otra, porque ... juzguen ustedes: la otra tiene que subdividirse en tres grupos: el destino del primero es situarse en la calle de Vargas, frente á la puerta del salón, donde se pasa dos horas, á pie firme, como un soldado ruso, escuchando la música y contemplando el alumbrado del local; el segundo se coloca en la Alameda chica para revistar escrupulosamente los trajes de las señoras que van á bailar; y el tercero, se encierra en casa para en un caso de apuro, disculpar al día siguiente, con un supuesto dolor de cabeza, su ausencia del baile, que en rigor, fué motivada por la falta de un vestido, ó de un billete de invitación, ó de ambas cosas.

Sabía por la fuerza de una razón sobrehumana, por decirlo así, los privilegios y preocupaciones sobre los cuales descansaba el antiguo orden social de Francia. Habían los tumultos populares removido ya, como remueven las olas los vientos precursores de los temporales, el palacio de Versalles, el fuerte de la Bastilla y el Municipio de París.

Eran como los directores de ciertos Bancos, que charlan en el ventanillo de la caja, sonríen, remueven las llaves, infunden esperanzas, pero no hacen el más pequeño préstamo á crédito, ni el más leve anticipo sobre promesas lejanas. Las vírgenes locas iban á triunfar finalmente en su desesperada batalla con los hombres.