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Pero murió éste de viejo, por más señas; y un sucesor que logró un par de años en que hubo plaga de patatas y de alubias, consiguió pagar el anticipo hecho á su ascendiente, sin desmembrar el mayorazgo, reclamando al mismo tiempo la extinción del compromiso de la rodada.

Resuelto a extirpar la impiedad que se había enseñoreado de su casa, no quiso demorarlo, y una mañana, como observase que doña Manuela estaba desdoblando el mantón para ir a comprar unos medicamentos, se anticipó a ella y la esperó en una esquina próxima: luego la fue siguiendo por la calle Imperial abajo, y cuando iba a entrar en una botica de la de Toledo, la llamó de cerca: ¡Madre, madre!

Sin dar tiempo a que don Santiago apuntara las corteses rectificaciones que ya la sagaz interlocutora le había leído entre los labios, continuó así, tras una breve pausa: Por si llegara ese caso, repito, de un momento a otro, deseo y necesito saber, señor don Santiago, qué condiciones impone usted para un anticipo a las personas de reconocida responsabilidad, como yo; responsabilidad, se entiende, en inmuebles, como ustedes dicen también, y de cuya existencia, libre y desempeñada, se puede certificar cuando sea necesario.

Y aún lo último corría el riesgo de naufragar tras el anticipo, por minúscula que fuera su tentación de tallar. A dos metros de él, sobre un baúl de punta, los mensú jugaban concienzudamente al monte cuanto tenían. Cayé observó un rato riéndose, como se ríen siempre los peones cuando están juntos, sea cual fuere el motivo, y se aproximó al baúl, colocando a una carta, y sobre ella, cinco cigarros.

Señá Benina, he llegado a tal extremidad de miseria y humillación, que aceptarla la peseta, , señora, la aceptaría, olvidándome de quién soy y de mi dignidad, etc... pero ¿cómo quiere usted que yo reciba ese anticipo, sabiendo, como , que usted pide limosna para atender a su señora? No puedo, no... Mi conciencia se subleva... Déjese de sublevaciones, que no somos aquí de tropa.

Cuando la marquesa comenzaba a echar de menos los pormenores que Luz no podía darla sobre la procedencia del «mejor amigo» de ambas, se anticipó el interesado mismo, en una ocasión bien elegida, cuando vino muy a pelo, a sacarla de su apuro, relatándola con noble, sencilla y hasta elegante ingenuidad, su filiación entera y verdadera.

Por lo pronto, en esta vida disfrutaba ya la piadosa y optimista pareja de un anticipo, casi garantía, de lo que había de ser su futura posición en el empíreo. Curas, frailes y hasta el señor obispo los visitaban, los adulaban, los mimaban, y, en definitiva los trataban como a presuntos bienaventurados de la clase más distinguida.

No recordaban haber gastado ni la quinta parte. ¡Añá...! murmuró Cayé No voy a cumplir nunca... Y desde ese momento tuvo sencillamente como justo castigo de su despilfarro la idea de escaparse de allá. La legitimidad de su vida en Posadas era, sin embargo, tan evidente para él, que sintió celos del mayor adelanto acordado a Podeley. Vos tenés suerte... dijo. Grande, tu anticipo...

Desagradaron en Roma el anticipo y el donativo, y les negó el Papa su aprobacion; pero al propio tiempo concedió al rey católico un donativo honesto, con lo cual se agravó la dificultad.

Y por la noche, ¡cómo se anticipó a los sucesos! ¡Con qué vigor y fuerza de fantasía construyó en su mente la persona de la marquesa, a quien nunca había visto, y qué bien imaginaba, falsificando la realidad, el cuadro que las dos harían, abrazadas, llorando juntas, sin poder expresar la multitud de afectos propios de un modo tan sublime!