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Estas infelices, al cruzarse con la joven pareja, husmeaban el amor con su instinto de hembras, e imploraban una limosna. Isidro repartió pródigamente el dinero, acompañándolo de inmorales consejos, que hacían reír a Feli. Nada de comprar pan: aquella limosna era para vino, para tomar la gran curda.

La guerra de Bolívar pueden estudiarla en Francia en la de los chouanes; Bolívar es un Charette de más anchas dimensiones. Si los españoles hubieran penetrado en la República Argentina el año 11, acaso nuestro Bolívar habría sido Artigas, si este caudillo hubiese sido, como aquél, tan pródigamente dotado por la naturaleza y la educación.

Ya no era «el mallorquín de las onzas». El depósito de redondeles de oro guardado por su madre se había extinguido; pero arrojaba los billetes pródigamente en las mesas de juego, y cuando venía «la mala» escribía a su administrador, un abogado hijo de una familia de antiguos mossons, dependientes de los Febrer desde hacía siglos. Se cansó de Madrid, donde se consideraba casi un extranjero.

Necesitaba demostrar en España que era el espada de siempre. Luego ya pensaría en la conveniencia de hacer este viaje. Con el ansia del hombre popular que siente quebrantarse su prestigio, Gallardo exhibíase pródigamente en los lugares frecuentados por las gentes de la afición.

Sobre la puerta de la parroquia de San Andrés, dascuella la torre cuadrilonga y almenada, remedo de la de San Martín y Salvador, pero con escasísimo número de labores: la Iglesia renovada también nada tiene de notable en su orden arquitectónico: el altar mayor es de figura de templete y en el centro se ve de bulto el santo patrono: en esta Iglesia descansan las cenizas de D. Antonio Sanchez Muñoz, Obispo de Albarracin y Segorbe, y miembro del Concilio Lugdunense en 1274: murió en Teruel su patria en 1.º de Setiembre de 1318: este ilustre Señor y su familia debieron ser decididos patronos de esta Iglesia, puesto que sus armas se ven pródigamente repetidas en el cimborio y bóvedas del templo.

Por las noches, la casa de los lagares, que tenía algo de conventual por su silencio y su disciplina cuando estaba presente don Pablo Dupont, entraba en plena fiesta hasta una hora avanzada de la noche. Los jornaleros olvidaban su sueño para beber el vino señorial, pródigamente repartido.

Sentados en andamios y teniendo a sus pies el mar, pintaban los costados del buque balanceándose sobre el abismo. Desaparecían rápidamente todos los ultrajes que las olas, el aire salino y los roces en las entradas de los puertos habían inferido al trasatlántico. La pintura se esparcía pródigamente, lo mismo que en el tocador de una coqueta vieja.

Y antes de que él se lo ofreciese, la joven princesa se lo tomó, tirando de él hacia el salón donde estaba el buffet. Nadina se bebió una gran copa de volka, prefiriendo este aguardiente popular al champaña que servían pródigamente los criados. Luego, sonriendo á su acompañante, lo llevó hasta el hueco de una ventana casi oculta por sus cortinajes. ¡Las heridas!... ¡Quiero ver las heridas!

Contaban que de muchacho había tenido amores con su prima Juana, aquella señora austera llamada por todos «la Papisa», que vivía como una monja y gozaba de enormes riquezas, regalándolas pródigamente en otros tiempos al pretendiente don Carlos, y ahora a las gentes eclesiásticas que la rodeaban.

Luis Prudencio Alvarez. Las Islas Filipinas, por su grande estension, por su situacion ventajosa en el centro del mundo comercial de Asia, por su poblacion considerable, y por la feracidad de su suelo, susceptibles de cuantas producciones se crian entre uno y otro Trópico, reclaman del Gobierno de la Metrópoli un sistema ordenado de providencias y reformas, que al mismo tiempo que arraiguen mas y mas su paz y seguridad interior, tan indispensables como necesarias á su conservacion, fomenten su agricultura, industria y comercio hasta aquel grado eminente de prosperidad á que son llamadas por los muchos elementos de riqueza que en encierran, y á que parece son destinadas por la Providencia que pródigamente las ha favorecido con tan brillante situacion y suelo tan feraz.