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Izquierdo y el cobrador municipal le convidaron a unas copas; pero él no quiso aceptar, porque le repugnaba el aguardiente. Oyoles la conversación sin aparentar oírla, aunque nada interesante tenía para él, pues versó sobre si la Villa iba a suprimir tantas y tantas mulas del ramo de jardines y paseos para repartirse la cebada entre los concejales.

Vio anoche la propia figura de la Virgen». Mujer, quita allá. Mi palabra... Pregúntaselo a Belén. ¡Bah!, ni que fuéramos tontas... ¿La cara de la Virgen?... Vaya... Sería la de Nuestra Señora del Aguardiente.

Describir cómo variaba los cortes de sus chalecos para que siempre pareciesen de moda, no es empresa de plumas vulgares. Decir con qué prolijo esmero cepillaba todas las mañanas sus dos levitas, y con qué amor profundo les daba aguardiente en la tapa del cuello, cuidando siempre de cogerlas con las puntas de los dedos para que no se le rompieran, es hazaña reservada á más puntuales cronistas.

Hemos estao de groma hasta la una de la mañana yo y los muchachos del barrio. ¡La gran tajá! Antes de pedir algo a la tabernera, que reía sólo con verle, quiso conocer lo que Maltrana había bebido, e hizo un gesto de repugnancia al oír que era una copa de aguardiente de limón. ¡Aguardiente!... Eso pa los borrachos. Vino: morapio del puro, que alarga la vida; y cuanti más, mejor.

Porque he notado que siempre que llevas la mano al bolsillo lo haces con mucho trabajo y la mayor parte de las veces no lo consigues... Eso no puede ser más que reúma... reúma en el brazo derecho. ¡Tío! ¡tío! No te sofoques, que eso se cura con un poquito de aguardiente alcanforado.

Si la señora me dejara, ya les habría puesto los trastos en la calle; pero mi ama es así, no quiere desahucios. «Por Dios Plácido, no les eches... los pobrecitos ya pagarán; es que no pueden». «Pero señora, con que me dieran lo que gastan en aguardiente y lo que se dejan en la pastelería de Botín...». Total, que con caseras como la mía, estos bribones de inquilinos están como quieren.

Iba á apuntar en un pedazo de papel las dosis de aguardiente de caña y de azúcar, cuando ella se levantó, súbitamente vigorizada, mirando en torno con extrañeza... ¿Por qué estaba allí? ¿Qué tenía que ver con aquel buen hombre medio desnudo que le hablaba como si fuese su padre?... ¡Gracias! ¡muchas gracias! dijo al salir de la cocina.

El viejo examinó el contenido y dijo más animado: Me parece que hay bastante. Esperar un momento; vuelvo en seguida. Y entró de nuevo en el cuartito, llevándose una camisa vieja de franela y el aguardiente. Como la puerta quedó entreabierta, se oyó distintamente el siguiente diálogo: Dime, hijo mío, ¿dónde te duele más? Me duele todo. Ora aquí y ora ahí debajo; pero es más fuerte de aquí a aquí.

Amén añadió el pescador de marras, presentándose en la sala con una gran jarra de aguardiente y un vaso en una mano, un plato lleno de queso en la otra, y un guardia civil ... ó pan de seis libras, debajo del brazo.

Galba creía también sentir en su alma las secretas vibraciones de una aspiración superior que no podía satisfacer en el comercio del aguardiente y tabaco de que proveía a campesinos y mineros de los campamentos.