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Las mujeres van a comprarse dijes, afeites y mudas, a vestirse con Worth y a aprender a saludar, a andar y moverse con suprema distinción y según el último estilo; los seres humanos de ambos sexos, que presumen de discreción, van allí a adquirir desenfado y soltura fina y a ejercitarse en lo que llaman la causerie, o dígase en cierto linaje de amenísima y sutilísima charla, que, según afirman los franceses, y casi todos los que no son franceses creen, sólo en Francia y en francés es posible; y los jóvenes, por último, que sienten arder en su cabeza, ora el volcán de la inspiración poética o artística, ora el fuego sagrado y creador de las especulaciones filosóficas o de las ciencias experimentales, van a París a iniciarse en ellas, a inspirarse, a saturarse bien de civilización, ya frecuentando la Sorbona, ya asistiendo a los teatros, ya paseándose por los boulevards, ya conversando con las heteras, como Sócrates, Alcibíades y Pericles conversaban con Aspasia.

Sin Zahira, enamorada de Gústios, no hubiera nacido Mudarra, los siete infantes de Lara no hubieran tenido vengador; la flor de la caballería castellana hubiera perecido antes de abrir el cáliz; acaso no hubiéramos poseído al Cid, pues a no inspirarse en la espada de Mudarra y cobrar aliento con ella, no hubiera muerto al Conde Lozano ni dado principio a tanta hazaña imperecedera.

¡Mezquita para siempre célebre! ¡mezquita levantada y frecuentada por emires y califas! ¡mezquita por cuya pérdida lloran aun bajo su cielo oriental los que creen en Alá y en su Profeta! ¡mezquita á que han venido á inspirarse ya tantos poetas y á estudiar tantos artistas! ¡Salud!

Tanto más, cuanto que esta vil seducción parecería inspirarse en una especulación abominable. ¿No se sospecharía que quiero adueñarme de la fábrica de cristales y convertirme en el sucesor de tu padre, solicitando la mano de tu hermana? ¡Eres intratable! Soy sensato. Tu hermana puede aspirar a todo. ¿Quién soy yo para ella?

En este arsenal de pretensiones pensó siempre inspirarse, para su discurso, nuestro diputado: con doble motivo había de pensarlo desde que el suelto del periódico le comprometía a hablar de asuntos de interés para su provincia. Pero entre tantos y tan varios como se ofrecían a su vista, ¿cuál era el más a propósito para lucirse el orador, ya que no el más atendible por su naturaleza?

El primer período de esta arquitectura corresponde á la época religiosa de la historia de los árabes: ¿cómo podia el artista, que vive de la vida de su siglo, dejar de inspirarse en los libros sagrados, ni dejar de obedecer á la irresistible fuerza de las creencias nacionales?

Yo entiendo, pues, que la mejor reforma que pudieran adoptar los jesuítas sería la de inspirarse en tan sublime y fundamental pensamiento que, sin salir fuera de las vías católicas y sin cobardes condescendencias y transacciones con incrédulos é infieles, hiciese posible la aspiración de Jaime Freeman Clarke al terminar su obra sobre las Diez grandes Religiones, y al proclamar la cristiana como la religión definitiva é imperecedera del humano linaje: que no se amengüe la libertad del espíritu; que no se acepte con ceguedad lo que contradiga al sentido común; que no se achique ó mutile la ciencia por miedo de que triunfe de la fe; que ningún placer inocente, que ninguna natural alegría de la vida y que nada de cuanto hay de hermoso en la literatura, en el arte, en la sociedad y en el hogar doméstico, sea sacrificado; sino que todos los hombres vengan á Jesús y hallen en

Temía que aquella afirmación de la inocencia de Jacobo, que tanto le había conmovido, no tuviese otro objeto que servir á los tardíos escrúpulos de su pariente, pero las últimas palabras pronunciadas por éste parecían inspirarse en esa convicción y la pobre mujer se sintió de nuevo presa de la mayor ansiedad.

El mundo no es el cielo, ¿verdad, Ramón?, y nuestras acciones no pueden ser basadas en el criterio angelical. Si todo lo que piensan y sienten los ángeles, como mi mujer, se llevara a la práctica, la vida sería imposible, absolutamente imposible. Nuestras ideas deben inspirarse en las ideas generales, que son el ambiente moral en que vivimos.

Y muerta ella, ¿no debía todavía y siempre inspirarse en su memoria y seguir sus enseñanzas? ¿No era ese el modo de hacerla revivir?... Y ¿cuál habría sido su consejo, si él hubiera podido pedírselo y ella hubiera podido dárselo? ¿Cómo habría obrado ella en una situación semejante a la que él se encontraba? : el odio le animaba, le inspiraba el ansia de la venganza.