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Ahora le entusiasmaba que todos los franceses participasen de la misma suerte, sin distinción de clases. Todos mochila á la espalda y comiendo rancho. Y hacía extensiva la militar sobriedad á los que se quedaban á espaldas del ejército. La guerra traería grandes escaseces: todos iban á conocer el pan ordinario.

Dentro de la epopeya más tenida por epopeya, hay a veces mucho lirismo. La existencia de uno y otro género es evidente; pero no aquieta al espíritu el poner por fundamento de la distinción algo de tan externo como el narrar o el no narrar. ¿Qué poesía no narra? ¿En qué obra escrita no se cuenta algo, a no imaginarla compuesta de ayes, suspiros e interjecciones?

El rústico descargador de yerba había sustituido los burdos ropajes del oficio con una levita cerrada y todos los accesorios correspondientes a esa prenda de sempiterna distinción, incluso el aliño, muy esmerado, de la barba y del cabello.

Había que fijarse en el trabajo de los padres de la Compañía, que eran los verdaderos representantes del catolicismo, el Estado Mayor del ejército religioso, el único que tenía el secreto de sus marchas y evoluciones y ocupaba las tiendas de distinción. ¿Se engrandecía Barcelona siguiendo el movimiento fabril de Europa? Pues allí ellos.

La real existe, cuando en la cosa no solo no se percibe la distincion, sino que no la hay; la facticia se halla en los compuestos, que en mismos encierran cosas distintas, las que pueden ofrecerse al entendimiento, en cuanto subordinadas á una unidad de órden y prescindiendo de la distincion real que contienen.

Sólo cuando alzó la ropa del lecho y metió una pierna dentro se le oyó claramente decir: «¡Que elegancia, qué distinción!» Y más tarde, cuando apagó de un soplo la luz de la bujía y se zambulló en las sábanas, también se le oyó murmurar: «Muy linda: tiene un tipo ideal, pero ¡es tan cursi la pobreUn día más.

Es gentleman desde su peinado hasta la forma de sus zapatos, y, al mismo tiempo, tiene una distinción, una desenvoltura... ¡Dios nos preserve del señor vulgar, del maniquí siempre endomingado o de la cabeza de peluquería! ¡Prefiero una cabeza de turco! ¡Adelante con las comparaciones!... ¡Pero, estaría yo fresca si tomase tus ocurrencias a lo serio!

En lo íntimo de nuestra alma, estos dos estados son completamente distintos: aun en el sistema de los idealistas, es preciso reconocer esta distincion. Reflexionando sobre lo que experimentamos desde que vivimos, ó desde que tenemos conciencia de lo que pasa dentro de nosotros, podemos observar, que hay en nuestro ser dos clases de fenómenos.

Para que dos cosas sean distintas es necesario que la una no sea la otra; y como la esencia abstraida de la existencia, no es nada, no se puede decir que haya entre ellas una distincion real. La esencia de un hombre, si se prescinde de su existencia ¿á qué se reduce? á nada: luego no se debe admitir ninguna relacion entre ellas.

En toda percepcion intelectual se halla mezclada la idea de ser, pero esta no se ofrece con toda claridad y distincion á nuestro entendimiento; hasta que por medio de la reflexion, la separamos de las ideas particulares que la acompañan. Esta es una distincion de conceptos á que no corresponde una distincion en la realidad.