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No podía quedar impune semejante crimen. ¿Y la ruina de tanto padre de familia? En la calle, en la miseria, sin pan, por las malas artes de aquel aventurero, que supo engatusar a todos con su Banco de fantasía. Los bastones en alto, se gritaba a voz en cuello; la atmósfera hacíase cada vez más pesada, con el humo, con el polvo y el ardor de los concurrentes. ¡Muera Schlingen!

Si tenemos en nuestra Casa las más nobles lumbreras de la Ciencia, es gracias a . Ayer me di la maña suficiente para engatusar al renombrado práctico Moumel, que desea dejar a las «Damas de Aquitania» para operar en nuestro santuario; me prometió, además, explicar un curso de Rinoplastia y de Estomatología dos veces a la semana. ¿Sabe usted lo que son estas dos ciencias...?

Escriba usted a Juan Pérez o a Luis Fernández, y háblele como si realmente existiera. ¡Don Celso!... Y ¿he de firmar yo una superchería semejante? Y ¿por qué no? Sobre que la carta no ha de salir de la administración adonde vaya a parar.... ¡Pregunte usted en Madrid o en Barcelona por un Juan Pérez, sin más señas! El asunto es engatusar a este bodoque.

De haberle prestado, tal vez se le apaciguase a don Quintín el odio que le profesaba; pero aquella descortés negativa recrudeció hasta lo indecible sus antiguos deseos de venganza. «¡Habrá tío marrano se decía , que me da de almorzar vino agrio y patatas negras; me propone que le ayude a engatusar a mi pobre sobrina, que al fin es mi sobrina, y ahora me niega cuarenta miserables duros

El pobrete no sabía otra cosa que aguar el vino, vender gato por liebre y ganar en su comercio muy buenos cuartos, que su bellaca mujer se encargaba de gastar bonitamente en cintajos y faralares, no para más encariñar a su cónyuge, sino para engatusar a los oficiales de los regimientos del rey.

Por esta causa, le advierto que no se deje engatusar por ella. Yo soy muy cabal en mis amistades y estimo con razón que las que no están conmigo están contra ... LA GENERALA. Hay hasta tres, si se cuenta el de la señora de los Charmes. ¡Pero esto no tiene importancia...! La buena condesa cedió su palacio y no se le pide más. Generala: la llaman en el economato...

Pero tengo la convicción de que venderíais vuestra propia persona aunque sólo fuera por tener el placer de hacerle sentir a alguien que ha hecho un mal negocio. dijo Dunstan con mucha calma , me estáis haciendo justicia, a lo que veo. Vos sabéis que soy una perla cuando se trata de engatusar a las gentes para realizar un negocio.

Por esta causa, sin entender de qué se trataba, contestó humildemente: «Tiene usted mucha razón... pero mucha razón». «El hombre que como usted prosiguió don Evaristo , no se deja engatusar por las sabidurías modernas, está en disposición de hacer el bien, pero no el bien de cualquier modo, sino sublimemente ¡caramba!, mirando para el cielo, no para la tierra...».

Pues cátalo ahí exclamó triunfante el tío Merlín. ¿Á qué santo ese hombre nos ha de regalar un reló, sin más acá ni más allá? El concejo se quedó tamañito bajo tan contundente argumento. De manera dijo el alcalde, que nos convendrá decir á ese señor que se guarde el regalo para engatusar á otros tontos.... No, señor: «á la zorra candilazo», que dijo el otro replicó el tío Merlín.