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Del Castillo de la Aljafería despues de la conquista de Zaragoza por D. Alonso el Batallador: establecimiento de su capilla y dotacion de sus capellanes. Otra época no menos memorable para este castillo principia desde la reconquista.

A primera vista parece estraño que un Rey de Castilla haga una confirmacion, pero el que esté instruido en la historia recordará, que habiendo instituido el Rey D. Alonso el batallador herederos á los templarios, y á las milicias del Sepulcro y del Hospital, los aragoneses desestimando tan estraña disposicion, eligieron por rey á D. Ramiro el Monge, con cuyo motivo aprovechándose el rey de Castilla, llamado tambien D. Alonso, de la guerra que se habia encendido entre el rey D. Ramiro y D. Garcia, que lo era de Navarra, entró en Aragon, y se apoderó de Zaragoza y su comarca, tomando entonces el título de Emperador, y reteniendo estas conquistas, hasta que habiendo casado la hija de D. Ramiro Doña Petronila con D. Ramon Berenguer Conde de Barcelona, fué este á visitar al Emperador D. Alonso y obtuvo que le restituyese la ciudad de Zaragoza con todas sus dependencias hasta el oriente del Ebro, no sin otra recomendacion que su franqueza y la nobleza de sus modales, como dicen algunos escritores, sino mediante condiciones contra las cuales protestó solemnemente Doña Petronila en su testamento.

E Padre Crespo es el prototipo acabado del misionero de la fe y el patriotismo: espíritu batallador, que lo mismo sabe dominar las fatigas de su cuerpo en las largas noches de insomnio en los hospitales de coléricos, que vencer con un entusiasmo sin límites y una tenacidad á toda prueba los múltiples obstáculos que por doquier se le presentaron para organizar y dar carácter permanente á veladas lírico-literarias, que periódicamente se celebran en aquella casa, en la que el libro, la revista y el periódico tienen un lugar preferente.

Este rey conocido con el nombre de batallador donó al obispo de Zaragoza D. Pedro Librana las décimas y primicias de todas las iglesias de su obispada, y el 4.º y derecho episcopal de todas las que estuviesen en los términos de su obispado y finalmente todas las heredades de las mezquitas, cuya donacion lleva la fecha de la era de 1156, equivalente al año de Cristo 1118.

Allí, en los campos de Dos Ríos, campos ya para siempre memorables, se apagó aquel astro inmenso que parecía inmortal; allí cayó peleando por la independencia de su patria, arremetiendo contra los defensores de la tiranía, la cabeza imperial descubierta y nutrida de leyendas y de asombros, con el alma en el aire, el batallador infatigable que fue para los cubanos, con sus racimos de palabras y sus manantiales de ternuras, como otra isla sonora y espiritual.... Allí, a aquellos campos, en silencio, que recogieron su última mirada y su último suspiro y que supieron también del primer grito de desolación y de angustia que arrancó a los suyos su caída; allí debieran ir en legiones los cubanos vivos, a purificarse y a lavarse de sus culpas y pecados.

Más claro: mato mis ocios y mis hastíos escribiendo la parte de política palpitante en un periódico batallador. Por lo demás, por inclinación y por carrera, soy diplomático. ¡Hola! dijo don Simón abriendo mucho los ojos . ¿Agregado, quizá, a alguna embajada? Un poquito más. Secretario acaso... Un poquito más, si a usted le parece.

Isagani miró á otra parte, avergonzado de que Paulita asistiese á semejante espectáculo y pensaba que debía desafiarle á Juanito Pelaez al día siguiente. Pero nuestros jóvenes esperaron en vano. Vino la Serpolette, una deliciosa muchacha con su gorro de algodon igualmente, provocadora y belicosa; Hein! qui parle de Serpolette? pregunta á las chismosas, con los brazos en jarras y aire batallador.

Dijo el sacristán que, cuando en 1828 Fernando VII y la reina Amalia, su esposa, volvían de las Provincias Vascongadas, desearon ver é hicieron descubrir los restos de la ilustre hija de Alfonso VI de Castilla, y que fué de admirar entonces la extraordinaria longitud del esqueleto. ¡Nada menos que nueve palmos debió de tener de estatura la infortunada esposa del Batallador!

Habiendo muerto D. Pedro I en 28 de Setiembre de 1104, le succedió su hermano D. Alonso Sanchez, llamado el batallador, que estuvo casado con Doña Urraca de Castilla, el cual puso el primer sitio á Zaragoza en 1107, cuyo sitio tuvo que levantar por la llegada del rey de Marruecos Jucef, que habia tomado á Cuenca, y que apretaba á Toledo.

La tentativa del emperador Alfonso ha sido prematura: espláyese y domine en buen hora la forma románica en todas las grandes ciudades arrebatadas á los califas allende los montes, en Toledo conquistada por D. Alonso el VI, en Zaragoza y Tarragona rescatadas por D. Alfonso el Batallador.