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Tan porfiado y sangriento fué el combate entre los moros y los manobos aliados defensores de aquel punto, que el campo quedó cubierto de cadáveres y gran número de combatientes perecieron en los pantanos. Por aquellas fechas nuestras armas realizaron hechos gloriosos en la costa N., por más que el resultado en definitiva no resultase satisfactorio.

Tras el grupo de jefes y escuderos entraron en la población los soldados de Morel, mezclados con multitud de gentes del pueblo en cuyos semblantes se leía el contento que les causaba la llegada de aquellos bizarros defensores.

Todo se hallaba, pues, en el mismo estado que antes de la batalla, con la diferencia de que los cañones enemigos iban a entrar en juego y a coger a los defensores por la espalda. Se veían claramente las dos piezas, los grapones, las palancas, los escobillones, los artilleros y el oficial: un individuo delgado, ancho de espaldas, de largos bigotes rubios.

Señor presidente, me hallo resuelta a no decir una sola palabra que pueda comprometer a mis amigos los piadosos y leales defensores de la fe de Jesucristo. Haga usted de lo que quiera, en la inteligencia de que aceptaré con gusto cualquier ocasión de padecer algo por el que tanto padeció por nosotros.

Cuyos favorables efectos causó la inmediacion y presencia de las tropas de Lima, con tanta oportunidad, que los defensores estaban ya inmediatos á experimentar el extremo de las necesidades y peligros, así por la falta de municiones de boca y guerra, como por habérseles frustrado toda esperanza de recibir socorro de las ciudades de la Paz y de Arequipa.

Conservando en su gobierno al Libertador, rodeado de ilustres y beneméritas personas, solo habia buscado el medio de hacerle dejar vacio su puesto de general en jefe para entrar él á reemplazarle en el mando. Esto ni menoscababa el prestigio de la autoridad, ni minaba la disciplina, ni amenguaba lo mas mínimo el entusiasmo de los defensores de la libertad.

Esto era considerado como una gran desvergüenza entre las personas severas del lugar, que clamaban contra el escándalo y mal ejemplo; pero poco a poco todos se fueron acostumbrando, y al cabo de algunos años nada parecía más natural ni más justo sino que Juanita fuese hija de Juana, a la cual no faltaron tampoco defensores, ya razonables, ya fervorosos, que alababan el cariño y la devoción maternal de la madre a la hija, y que cuando eran algo maldicientes no dejaban de comparar a Juana con otras que pasaban por honradísimas y que hasta tenían la insolencia de presumir de casi santas.

Los polizontes disparaban sus revólveres avanzando con paso de héroes, eligiendo sus blancos en aquellas espaldas que huían por todos lados. Maltrana pensó en el señor José. Su entierro era digno de las creencias de su vida. Nada faltaba en él: palo a la canalla, fuego a discreción, con gran voluptuosidad de los defensores de la ley, que podían escoger sus víctimas impunemente.

No por esto desmayaron aquellos valerosos, constantes defensores, antes bien, á pesar de las fatigas y cuidados continuos, sufridos en los dias y noches antecedentes, se mostraron á su comandante intrepidamente dispuestos á la resistencia, y ocupando cada uno el puesto que tenia señalado, se recibió por todas partes al enemigo con la mas constante bizarria.

Al ver tan escaso número de defensores oprimióseles el corazón a los sitiados, tanto más cuanto que los alemanes, siete u ocho veces superiores en número, comenzaban a formar dos columnas de ataque para tornar de nuevo las posiciones perdidas. El general enemigo enviaba ayudantes a diferentes lados transmitiendo órdenes, y las bayonetas empezaban a desfilar.