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En los dominios obscuros de la vida privada ocurrían al mismo tiempo algunos sucesos, que aunque no tan memorables, no dejaban de tener importancia para las personas que en ellos intervinieron. Al día siguiente de la entrevista de Venturita y Gonzalo, que hemos narrado, éste no visitó la casa de su prometida. Permaneció en la suya, fingiéndose aquejado por un fuerte dolor de muelas.

Tiene asimesmo maheridas danzas, así de espadas como de cascabel menudo, que hay en su pueblo quien los repique y sacuda por estremo; de zapateadores no digo nada, que es un juicio los que tiene muñidos; pero ninguna de las cosas referidas ni otras muchas que he dejado de referir ha de hacer más memorables estas bodas, sino las que imagino que hará en ellas el despechado Basilio.

Allí, en los campos de Dos Ríos, campos ya para siempre memorables, se apagó aquel astro inmenso que parecía inmortal; allí cayó peleando por la independencia de su patria, arremetiendo contra los defensores de la tiranía, la cabeza imperial descubierta y nutrida de leyendas y de asombros, con el alma en el aire, el batallador infatigable que fue para los cubanos, con sus racimos de palabras y sus manantiales de ternuras, como otra isla sonora y espiritual.... Allí, a aquellos campos, en silencio, que recogieron su última mirada y su último suspiro y que supieron también del primer grito de desolación y de angustia que arrancó a los suyos su caída; allí debieran ir en legiones los cubanos vivos, a purificarse y a lavarse de sus culpas y pecados.

Baltasar y Borrén, de americana y hongo, se colocaron entre la apiñada muchedumbre y quizá le murmuraron al oído cien mil dislates; pero no estaba el alcacer para gaitas, es decir, no estaba Amparo de humor de requiebros, hallándose exclusivamente poseída del fervor político. Sentíase sobreexcitada, febril, en días tan memorables.

En las expresiones, pues, de semejantes hereges se manifiesta, que á su descompuesta imaginacion acompañaban pasiones desenfrenadas, ya de odio ácia la Iglesia, ya de esperanza de ser por ese camino memorables y afamados, ya el deseo inmoderado de la singularidad, y en fin un amor propio extremado que los hacia parecer á ellos mismos únicos en razonar, y los solos en conocer, y distinguir lo verdadero de lo falso.

Desde este momento, perseguido por la idea de la inevitable ruina de la nacion que á costa de su sangre y de casi toda su fortuna habia logrado sacar de la nada, herido mortalmente en su tierna y constante afeccion hácia su adorada patria, el 17 de Diciembre, á la una de la tarde y los 47 años de edad, espiró en la quinta de San Pedro, situada á corta distancia de Santa Marta, dirigiendo la expresion de su último sacrificio á los pueblos de Colombia en estos memorables palabra: Si mi muerte contribuye á que cesen los partidos y la union se consolide, yo bajaré tranquilo al sepulcro.

Mientras tales memorables escenas se efectuaban en el bosque, Jaime Moro, desdeñando los placeres campestres, había logrado catequizar a Fray Diego y a D. Juan Estrada-Rosa para echar un tresillito. Se aburría en la iglesia, se aburría en el bosque, en la ciudad y en la campiña. Tan sólo recobraba la serenidad de espíritu y renacía en él la calma y la alegría cuando tomaba las cartas en la mano.

La chacha Victoria hacía estos arreglos y traspasos. Ya hemos hablado de la casaca y de la chupa encarnadas, que vinieron á ser memorables por el lance del bolero; pero mucho antes había heredado D. Fadrique una capa, que se hizo más famosa, y que había servido sucesivamente á D. Diego y á D. José. La capa era blanca, y cuando cayó en poder de D. Fadrique recibió el nombre de la capa-paloma.

Seguramente los que aplaudieron las magnificencias de pensamiento y de forma que resplandecen en «Rosas de otoño», «La princesa Bebé», y «La noche del sábado», no recuerdan ese dramita que representado dura media hora apenas, y es, no obstante su brevedad, una de sus creaciones más afortunadas y memorables del extraordinario dramaturgo. «La casa de la dicha» tiene una simplicidad ibseniana.

No has oido decir los memorables Arcos, anfiteatros, templos, baños, Termas, porticos, muros admirables: Que á pesar y despecho de los años, Aun duran sus reliquias y entereza, Haciendo al tiempo y á la muerte engaño? Yo, respondi por , ninguna pieza Desas que has dicho, dexo de tenella Clavada y remachada en la cabeza.