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No es eso todo lo que tengo que decirle, y perdóneme usted si empiezo el año con tristes noticias. El duque se incorporó de un salto. ¿Qué pasa, pues? ¡Me da usted miedo! La señora duquesa me inquieta desde hace algunos meses. ¡Ah!... Efectivamente, doctor, usted abusa de los malos augurios. La duquesa, gracias a Dios, está perfectamente. ¡Ya quisiera estar yo como ella!...

Yo lo he visto, señor barón, dijo Froilán; el jorobado estaba sobre la roca más alta, mirando nuestro barco, y desapareció de súbito. Su presencia confirma los buenos augurios que he observado hoy, repuso el barón. Al dirigirnos á la playa cruzaron nuestro paso un religioso y una mujer, y ahora divisamos un jorobado antes de perder de vista la costa.

Vencedor, mas no vencido dijo Ataide. ¡Y di, ¿qué ha sido entónces de tu ballesta? El colmo de la ventura me hizo olvidarla. ¡Qué dices! ¡Ah, la propicia aventura dijo Ataide con locura: ¡ah! ¡los augurios felices del amor y la hermosura! Yo no te entiendo, ¡ay de ! ¿Mas no estás herido? ; pero con dardo de amor: la suerte cruda hasta aquí nos brinda con su favor. Asienta y escucha. Di.

Había allí concordancias de la sota de bastos con el ocho de copas, que anunciaban nada menos que amores secretos de mucha duración; apariciones del ocho de bastos, que vaticinaban riñas entre cónyuges; reuniones de la sota de espadas con la de copas patas arriba, que encerraban tétricos augurios de viudez por muerte de la esposa.

Sola contestó que no había podido dormir en toda la noche, porque las cosas tremendas que contó Primitivo y los augurios que hizo llenaron de misterioso pavor su espíritu. Verdad era esto que dijo; pero también había influido mucho en su insomnio doloroso la brusca y radical mudanza en su destino, en sus ideas todas por la conversación que ella y su dignísimo protector tuvieron a orillas del río.

Yo, que tantos libros he leído de los que tiene mi padre, me acuerdo de que don Quijote dice que todos los caballeros andantes llevaban en el escudo un letrero. Bueno, pues y yo somos dos caballeros andantes con este letrero: cariño y paciencia. ¿Te gusta? Pues a callar y no perdamos el tiempo en augurios tristes. Aseguran las gentes que quien espera desespera: no importa.

Este amigo suyo, a quien hacía mucho tiempo que no veía, le ha llamado. ¿Cómo negarse a los requerimientos de la amistad? No era discreto negarse, tanto más, cuanto este amigo es un excelente pianista, y Azorín se ha regodeado ya por adelantado con unos cuantos fragmentos de buena música. Tenía razón en sus augurios. Este amigo ha titubeado algo antes de sentarse al piano. ¿Por qué dudaba?

Hubo en gran abundancia vino aragonés, grandes ensaimadas, bollos de á cuarta, hogazas de á media vara, gran pierna de carnero, pimientos riojanos y unos bizcochos como el puño, fabricados por las monjas del Carmen Descalzo de Daroca. El más obsequiado era don Pablo á causa de sus augurios, que él consideraba dignos de grabarse en bronces y pintarse en tablas.

El cual era en extremo pesado, y tenía un mirar tan parecido á la estupefacción inalterable de las estatuas, que al verle y oirle venían á la memoría los solemnes discursos de las esfinges ó los augurios de cualquier oráculo ó pitonisa.

Este sabio ha corroborado los juicios de Peltier, adoptado la causa eléctrica, y refutado las explicaciones que se buscaban en los vientos tomando el efecto por la causa. El antiguo arte de los augurios, la ciencia de los vaticinios, que no deben despreciarse, vuelve á ponerse sobre el tapete en ese libro excelente.