United States or Greenland ? Vote for the TOP Country of the Week !


La bondad de usted para conmigo no puede ni debe disminuir el respeto y la veneración con que yo miro a usted, madre mía respondió Ricardo . No ya para aconsejarme, para mandarme tiene usted autoridad, y debe tener valor. Yo obedeceré a usted si está en mi mano obedecerla. No pretendo que me obedezcas, sino que me escuches y que te dejes persuadir por mis razones.

Juan Machín se casó con una mujer rica de Bilbao; compró una casa solariega en Izarte, y comenzó a arreglarla a su gusto. Varias veces me dijeron que fuera a ver los trabajos y excavaciones que se hacían en el pueblecito vecino; pero no tenía gran curiosidad, y no hubiese ido por allí a no aconsejarme mi madre que fuera, aunque por otra causa.

Acordóse allí que fuera nuestra salida a media mañana, a más tardar; y para aprovechar bien el escaso tiempo que teníamos disponible hasta entonces, se abrevió la sobremesa y nos llevó al obsequioso huésped, acompañado de Neluco, a una solana que dominaba bien el valle, sobre el que me dio nuevos y curiosos informes, concluyendo por aconsejarme que no hiciera caso de los hidrólogos que sostienen que los manantiales del Ebro son filtraciones del Híjar, porque él mismo había estimado los niveles de ambos ríos, y resultaba mucho más alto el del primero que el del segundo, sin contar con que las aguas de uno y otro son de diferente color.

Pero el anciano lo cogió del brazo y se lo llevó, mientras decía: Vamos, vamos... ¡Ya nos lo tropezaremos más adelante! ¡Aconsejarme a que haga traición a mi país! Hullin hizo bien advirtiéndonos que tomáramos precauciones; tenía razón. Bajaron los cazadores por la calle, dirigiendo a derecha e izquierda miradas hurañas. Las gentes se preguntaban unas a otras: «¿Qué les sucede a ésos

Yo no creo poseer las condiciones que usted me supone, señora marquesa; pero en fin, soy hombre de números, hombre de orden, y tal vez podré hacer buenos negocios, lo mismo que los hacen otros... ¿Cómo no? Hubo un largo silencio, y el oficinista, que se mostraba inquieto por lo que iba á decir, balbuceó al fin tímidamente: Usted podría venir conmigo á Europa... para aconsejarme.

Usted, le replicaba Lucía, sin enfadarse nunca, está para enseñarme idiomas y no para aconsejarme. Ya demasiado tengo con los consejos de papá, que tampoco me sirven para nada. Adriana, fingiendo pensar como Mlle. Ivonne, la reprendía imitando la pronunciación extranjera, y con el mismo tono de severidad. La señorita Ivonne se empeñaba en inculcar a Lucía nociones de literatura y de arte.

Cuanto más pienso en mi conversación con Sofía Jansien, más convencido estoy de que hizo insinuaciones contra Luciana sobre hechos que no quiere poner en claro. Le basta haberme vertido el veneno y hasta puede que ya lo lamente. Su última frase fue para aconsejarme irónicamente que consultase a mis amigos. ¿Será que ellos también saben, que todo el mundo sabe esas cosas que yo sólo ignoro?

Cuanto más, que harta ocasión tengo en la larga ausencia que he hecho de la siempre señora mía Dulcinea del Toboso; que, como ya oíste decir a aquel pastor de marras, Ambrosio: quien está ausente todos los males tiene y teme. Así que, Sancho amigo, no gastes tiempo en aconsejarme que deje tan rara, tan felice y tan no vista imitación.

Más que aplausos, en cambio, fueron aclamaciones ensordecedoras las que saludaron al heraldo que en el opuesto extremo de la liza enumeró los nombres popularísimos de los justadores gascones. Comienzo á creer que teníais mucha razón, Chandos, al aconsejarme que no tomase hoy partido ni enristrase lanza, dijo el príncipe en voz baja al notar el estado de los ánimos.

Pues bien: sabiéndolo V. todo, ¿cómo se atreve á aconsejarme lo que me aconseja? ¿Cómo quiere apartarme del camino que llevo, único posible para una reparación, aunque incompleta? Si contra su parecer de V., si contra la ley del decoro, manchásemos la conciencia de Clara, descubriéndole su origen, ¿qué piensa V. que haría ella? ¿No la despreciaría V. si no buscase la reparación?