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Actualizado: 5 de junio de 2025


5 en azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en ayunos; 9 como ignorados, pero conocidos; como muriendo, mas he aquí vivimos; como castigados, pero no mortificados; 10 como doloridos, mas siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como los que no tienen nada, mas que lo poseen todo.

Media docena de aparatos y un pelotón de voladoras resultaron suficientes para que el reino vecino quedase en poder de las mujeres, muriendo su monarca y los principales dignatarios. En resumen: bastó una semana para que en todos los países triunfasen las mujeres, quedando los hombres en un servilismo igual al que habían infligido á nuestro sexo durante miles de años.

Esta insufrible hambre macilenta Que tanto nos persigue y nos rodea, Hacen que en vuestro parecer consienta, Puesto que temerario y duro sea, Muriendo, escusaremos tanta afrenta; Mas quien morir de hambre no desea, Arrojese conmigo al foso, y haga Camino á su remedio con la daga.

Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda priesa; déjense burlas aparte, y traíganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento, que en tales trances como éste no se ha de burlar el hombre con el alma; y así, suplico que, en tanto que el señor cura me confiesa, vayan por el escribano.

Y no parece sino que le faltó a Lotario en este punto todo su buen entendimiento, y se le fueron de la memoria todos sus advertidos discursos, pues, sin hacer alguno que bueno fuese, ni aun razonable, sin más ni más, antes que Anselmo se levantase, impaciente y ciego de la celosa rabia que las entrañas le roía, muriendo por vengarse de Camila, que en ninguna cosa le había ofendido, se fue a Anselmo y le dijo: »-Sábete, Anselmo, que ha muchos días que he andado peleando conmigo mesmo, haciéndome fuerza a no decirte lo que ya no es posible ni justo que más te encubra.

Cuando al cabo de un rato largo levantó la cabeza, el susto que recibió le hizo dar un salto en la silla. D. Álvaro se estaba muriendo. Tenía la boca abierta y recogía en silencio el aire, que ya no bastaba a mover sus deshechos pulmones. ¡D. Álvaro! ¡D. Álvaro! le gritó, sacudiéndole. No respondió. El P. Gil cogió el abanico que estaba sobre la mesa de noche y se apresuró a darle aire.

Hace dos años que vivo muriendo de una muerte dulce, porque adoro mis propios sufrimientos... Hace dos años que lloro en silencio, pero mis lágrimas son dulces y las bebo con placer.

Sobresalía, en particular, en las comedias de Calderón y de Moreto, muriendo en 1707, á los veinticuatro años de edad. D. Leandro Fernández de Moratín. Cienfuegos. Reforma del teatro español y desaparición del sistema clásico. Gorostiza. Martínez de la Rosa. Bretón de los Herreros. Gil y Zárate. D. Ángel de Saavedra. Hartzenbusch. Larra. García Gutiérrez. Escosura. Zorrilla.

Por los antiguos romances y por la historia se sabe que aquella lucha a brazo partido, que interrumpió el abad en el convento de los Pirineos, se reanudó más tarde no lejos de allí, y terminó gloriosamente para Bernardo, muriendo ahogado entre sus brazos hercúleos el paladín D. Roldán, pues no era otro quien había luchado con él, cuando los dos eran novicios.

Cosas muy lindas debía ver, conforme se iba muriendo, sin saber que las veía, porque se le reflejaban en el rostro. La frente la tenía como de cera, alta y bruñida, y hundidas las paredes de las sienes. Aquellos ojos eran una plegaria. Tenía fina la nariz, como una línea. Los labios violados y secos, eran como una fuente de perdón. No decía sino caridades. Sola, , no quería estar ella.

Palabra del Dia

rigoleto

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