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La iglesia de los Agustinos vale la pena de ser vista por mas de un concepto: aparte de la belleza del edificio, el célebre Canova tiene allí una de las mejores páginas que en mármol ha escrito su inspirado cincel.

Volvió á encogerse de hombros el alto empleado como quien no comprende qué consideraciones podían ser aquellas. Aparte de lo intempestivo del propósito, prosiguió el dominico, aparte de lo que tiene de atentatorio á nuestras prerrogativas... El P. Sibyla no se atrevió á continuar y miró á Simoun. La solicitud tiene un caracter algo sospechoso, concluyó éste cambiando una mirada con el dominico.

Un enorme carruaje abierto, dividido en tres compartimientos y conteniendo unas 23 personas, aparte de los equipajes, debia conducirnos por el valle del Arve hácia Chamonix, al pié del grupo colosal de montañas en cuyo centro se ostenta la admirable cúpula del Monte-Blanco.

Aparte tan raro modo de tener que confiar un hijo a manos extrañas, y exceptuada la fecundidad de Manuela, la existencia de don José no fue tal que pudiera tejerse con ella una novela.

-Desde la memorable aventura de los batanes -dijo don Quijote-, nunca he visto a Sancho con tanto temor como ahora, y si yo fuera tan agorero como otros, su pusilanimidad me hiciera algunas cosquillas en el ánimo. Pero llegaos aquí, Sancho, que con licencia destos señores os quiero hablar aparte dos palabras.

Y, para ver si esto era ansí, salió del aposento, y, llamando a Lotario aparte, le preguntó qué nuevas había y de qué temple estaba Camila. Lotario le respondió que no pensaba más darle puntada en aquel negocio, porque respondía tan áspera y desabridamente, que no tendría ánimo para volver a decirle cosa alguna.

Es un comediante dijo al recibir la noticia de la guerra , un comediante que al sentirse viejo va á hacer llorar al mundo... ¡Y que la suerte de los hombres dependa de él!... Miguel Fedor se consideraba aparte de los hombres. Lamentó la guerra como algo terrible para los demás, pero que no podía influir en su propia suerte.

Estoy engañando á mi madre, que es tan perspicaz. Mi madre me juzga demasiado buena... y vela por , como el avaro por su tesoro, cuando el tesoro está ya perdido. No acierto á decírtelo para que no te enojes, y, no obstante, quiero decírtelo. No cumpliría con un deber de conciencia si no te lo dijese. La causa de que mi madre me aparte de es tu tío.

Aparte de este y otros lapsus, la intriga del casamiento del «viejo» Jaccotot y su «joven» esposa no estaba mal presentada... Lo malo es que esta joven esposa, que no gustaba de su civil marido, gustaba en cambio apasionadamente de los uniformes militares... Había una guarnición en la ciudad, y madame Jaccotot, nueva mesalina, tuvo sus amoríos con todos los oficiales del regimiento de la guarnición, y luego, con una buena mitad de las «clases», cabos y sargentos... ¡Los oficiales eran 72 y las «clases» 205!

No: Fidel no buscará á la emparedada; ni, si la buscara, la encontraría; ni, si la encontrase por acaso, la Francesca del reino de Granada sería tan melodramática como la de Rimini. El recato de Amparo llega hasta el martirio. ¡Ha aceptado el cáliz de amargura, y no hay miedo de que aparte de él sus ojos ni sus labios! Fidel no lo ignora: Amparo está enterrada en vida.