Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de mayo de 2025


Las nueve serían de la siguiente, cuando entró en el establecimiento de la Plaza de Antón Martín, que lleno de gente estaba, con una atmósfera espesa y sofocante que se podía mascar, y un ensordecedor ruido de colmena; bulla y ambiente que soportan sin molestia los madrileños, como los herreros el calor y el estrépito de una fragua.

Era de carácter alegre y cariñoso, y nunca podía negar nada a su hija Luisa, una niña recogida en tiempos lejanos de entre esos miserables heimatshlos herreros, caldereros sin casa ni hogar, que van de pueblo en pueblo reparando sartenes, fundiendo cucharas y componiendo la vajilla rota. Hullin consideraba a Luisa como hija propia, y había olvidado que pertenecía a una raza extranjera.

Bretón de los Herreros. Gil y Zárate. D. Angel de Saavedra. Hartzenbusch. Larra. García Gutiérrez. Escosura. Zorrilla. Otros poetas dramáticos modernos. Nueva afición al antiguo teatro nacional. 349 AP

En un principio no fue completamente franco por aquella misma pícara vanidad de Leocadia, y después por falta de valor: aun conociendo a Paz como llegó a conocerla, tuvo miedo a decirla: «El hombre a quien amas, , la señorita rica, mimada por la fortuna, va por las noches a ganarse un jornal que cobra los sábados como los herreros y los albañilesImaginó que la perdería: era a sus ojos enteramente absurdo que Paz, después de saber esto, siguiera enamorada de él.

Ripamilán, que años atrás iba de tapadillo al teatro alguna rara vez, escondiéndose en las sombras de una platea de proscenio o sea bolsa, vio una noche el drama titulado: Los hijos de Eduardo, arreglado por Bretón de los Herreros, y en cuanto salió a escena Glocester, el Regente jorobado y torcido y lleno de malicias, exclamó: ¡Ahí está el Arcediano!

Callamos Presentación y yo, y atendimos también, ambos absortos y suspensos, porque la palabra de García Herreros, enérgica y sonora, era de las que imperiosamente se hacen oír y acallan todos los rumores de una Asamblea. Combatiendo las servidumbres, exclamaba: «¿Qué diría de su representante aquel pueblo numantino, que por no sufrir la servidumbre quiso ser pábulo de la hoguera?

La costumbre en que se han criado, su mucha sumisión y el miedo del azote son los que les hacen sujetar a ello; y así cuesta un sumo trabajo el juntarlos y conducirlos a las faenas. Para cada ocupación es necesario nombrar un cuidador; hay cuidadores de los tejedores, de los carpinteros, de los herreros, de los cocineros, de los sacristanes, de los carniceros y, en fin, de todos los oficios.

Entre otras cosas me dice que en Alemania van á celebrar el centenario de D. Manuel Bretón de los Herreros y que el gran duque de Sajonia Weimar hará que en el teatro de su corte se represente una comedia, tal vez Muérete... y verás, de aquel fecundo y ameno poeta, el 19 de Diciembre próximo, al cumplirse el siglo de su nacimiento.

Beña, poeta de circunstancias, a quien yo vi en casa de doña Flora. ¡Y recomendaba a los padres de la patria que imitasen en su atavío al gran D. Pedro, pasmo de los chicos y alboroto de paseantes! ¡Qué bonitos habrían estado Argüelles, Muñoz Torrero, García Herreros, Ruiz Padrón, Inguanzo, Mejía, Gallego, Quintana, Toreno y demás insignes varones, vestidos de arlequines!

Pues bien dijo Coletilla: yo estoy seguro, segurísimo de que esos que he nombrado, y además Valdés, Álava, García Herreros, el poeta Quintana, el consejero de Estado Bozmediano y otros, se reúnen, no si de día ó de noche, con todos los ministros y algunos generales. Sin duda tienen algún proyecto entre manos, algún complot, quién sabe si contra el Rey. ¿Y no sabe usted dónde se reúnen?

Palabra del Dia

primorosos

Otros Mirando