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El venerable veterano se levantó inmediatamente que nos vió entrar, y nos alargó una mano trémula; pero que aún conserva el santo calor del cariño. No habiamos terminado los primeros cumplidos, cuando el viejo tenia los ojos arrasados en lágrimas.

No obstante, la carestía y la hambre se las hizo sabrosas, y sonriéndose, dijo: «Grande hambre y mucho calor tienen en el estómago estos dioses, que con tales viandas se alimentan

Al fin quiere Dios que columbren el invernal, que les queden fuerzas bastantes para llegar a él, que lleguen vivos y que encuentren adentro lo que van buscando. El hombre está allí, pero a punto de morir de hambre y de frío y de desconsuelo. Mientras unos le confortan un poco con bebidas y con palabras, otros encienden una fogata que le vuelve el calor, que también les faltaba a todos.

No le gustaba, pero un hombre debe probar todas las cosas, y volvió á animarse con las mismas reflexiones que le habían llevado hasta la taberna. Cuando un padre de familia ha trabajado y tiene en el granero la cosecha, bien puede permitirse su poquito de locura. Sintió calor en el estómago y en la cabeza una deliciosa turbación.

Recordaba que su valor no había desfallecido un segundo. Su virilidad irradió hacia todos sus miembros un calor de bravura.

Al calor maternal de aquella bondadosa señora, su corazón de hielo se había derretido. La esencia divina del amor penetró donde, hasta entonces, sólo había entrado la esencia de Satanás. Fué un verdadero milagro.

Las abejas, los zánganos, las mariposas y tantos insectos alados sin nombre que las chupan al calor del sol, se complacen revoloteando en el ambiente perfumado de la cañada, llena de vida, de movimiento y de zumbidos.

Con el cocimiento de las hojas de orégano se consigue que á la muger baje el periodo retenido por efecto de calor. «La debilidad que padezca la muger á causa del desarreglo de la menstruacion, se corrije comiendo en ayunas flor de Coles.

Los globos oculares están igualmente exentos de dolores; los numerosos síntomas que suministran, se reducen á prurito, estremecimientos y presion: esta última es la mas frecuente; la frotacion los calma, aunque lo realiza mejor la accion del vino y el calor de la cama.

Yo llegué á Lisboa en julio, y ciertamente no dejó de chocarme el aspecto de las mujeres del pueblo, envueltas en sus largas capas que las cubren de piés á cabeza.... Dijéronme que era un medio de preservarse del calor, y yo, por mas que hice, no pude comprender la utilidad de semejante preservativo contra el sol y el calor.