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El oro, la plata, los víveres, las bebidas, y cuanto sirve á los gustos humanos, si es exquisito, de Lope se apellida; hasta para las cosas inanimadas nombra el vulgo á Lope, y la plebe le ha dado el cetro, de buen grado los buenos, los malos acatan contra su voluntad su soberanía, y con razón reina entre los poetas.» «Como la luna Entre los astros inferiores

En cada calle había varias tabernas, y a la puerta de ellas alegres compadres con el sombrero echado atrás y el chaleco abierto, que llevaban perdida la cuenta de las cañas bebidas para olvidar el martirio y muerte del Señor. Al ver al imponente guerrero lo saludaban, ofreciéndole de lejos un vaso lleno de líquido oloroso color de ámbar.

Dos kilos y medio, señora. Sotero Rico me lo dio de lo superior. ¿Y postres, bebidas?... Hasta Champaña de la Viuda. Son el diantre los curas, y de nada se privan... Pero vámonos adentro, que es muy tarde, y estará la señora desfallecida. Lo estaba; pero... no : parece que me he comido todo eso de que has hablado... En fin, dame de almorzar.

8 Dando en esto a entender el Espíritu Santo, que aún no estaba descubierto camino para el Santuario, entre tanto que el primer Tabernáculo estuviese en pie. 10 sino en viandas y en bebidas, y en diversos lavamientos, y ordenanzas de la carne impuestas hasta el tiempo de la corrección.

Los Dattos suelen distinguirse de la gente del pueblo en el mayor adorno de sus vestidos, en los que usan botones dorados, y en la costumbre de llevar siempre el pañuelo en la mano y seguirle algún esclavo con la caja del bullo. Les está prohibido asimismo comer carne de cerdo y el uso de bebidas espirituosas.

Cuando uno se colocaba al borde de la pendiente, la mirada caía sobre los ruinosos techos de bardas cuyas grietas dejaban pasar el humo; se veía claramente el movimiento de la sucia callejuela, donde los niños medio desnudos chapoteaban en los charcos cenagosos, y las mujeres permanecían perezosamente agachadas en el umbral de sus casas, mientras que los hombres cubiertos de harapos se dirigían, con la pala en el hombro, hacia el despacho de bebidas.

En Grand-Fontaine, todo lo destruían por venganza, forzaban puertas y ventanas, maltrataban a las gentes, exigían comidas y bebidas sin dilación y perseguían a las muchachas hasta los graneros.

Pero su marido, desde hacía algún tiempo daba muestras de inquietud que se esforzaba en vencer por medio del uso repetido de bebidas fuertes. Al fin se decidió, abrochose estrechamente la levita, y después de pasear el cuarto una o dos veces con paso inseguro, detúvose de repente ante su esposa con aire de autoridad.

Estoy aturdida dijo pasándose la mano por la frente . Me pesa algo la cabeza; tengo calor. Los licores.... Las bebidas respondió festivamente Miranda . Descansa un instante, mientras facturo el equipaje. Es formalidad precisa aquí....

Todo el mundo lo sabía; le habían consumido con malas bebidas... Y si él la escuchaba ahora sería capaz de embrujarlo también. Pero no; él no caería como el tonto de su hermano.