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Es preciso luchar contra la injusticia y contra el mal; pero fuera del amor no hay otra arma eficaz. Es necesario armarse, compadecerse y ayudarse. Yo quiero proclamar mi error en alta voz, quiero pedir perdón del daño que he infligido a tantos, a tantísimos...

El joven rompió a hablar con una violencia que en vano trataba de contener. La maldad del alma de uno y otro, el placer salvaje de hacer mal, de destruir una vida, de derramar sangre. La voluptuosidad de poner fin con la muerte al largo martirio que han infligido a esa infeliz. La voz le temblaba, sus manos también estaban trémulas, sus ojos estaban preñados de lágrimas.

Ferpierre no podía rechazar a priori la idea de que Zakunine había vuelto a amar a Florencia d'Arda, aun después de haberla infligido tantos tormentos: en un espíritu como el suyo, inclinado a los extremos, obediente a solicitaciones contrarias, esa renovación sentimental era posible, especialmente desde que la Condesa amaba a Vérod.

Cierto que Florencia d'Arda había consignado en el diario, esta amenaza suya: «Si me abandonas cuando ya no te ame, te lo agradeceré; si me traicionas cuando todavía te ame, te mataréPero, como el juez había demostrado a Vérod, no era verdad que la Condesa hubiera traicionado al Príncipe: si se hubiera visto amada todavía por él, habría encontrado mayores dificultades para dejarlo, y la idea de permanecer a su lado por deber, esa idea que parecía dominar en su pensamiento, habría sido reforzada por el presentimiento del dolor que le había infligido dejándolo.

Pocas veces los miserables pueden dejar de considerar su situación como un mal que le es infligido por aquellos cuya miseria es menor. Molly sabía que si vestía harapos sucios no era por culpa de la negligencia de su marido, sino del demonio Opio, del que era esclava en cuerpo y alma, y sólo un resto de amor materno hacía que no sacrificara por completo al monstruo la vida de su hijo hambriento.

Media docena de aparatos y un pelotón de voladoras resultaron suficientes para que el reino vecino quedase en poder de las mujeres, muriendo su monarca y los principales dignatarios. En resumen: bastó una semana para que en todos los países triunfasen las mujeres, quedando los hombres en un servilismo igual al que habían infligido á nuestro sexo durante miles de años.

Roussel lo veía claramente y se conmovió. Su conciencia se había sublevado al oir á Clementina y le advirtió de que la mitad de las acusaciones que ésta le dirigía, eran ciertamente merecidas. Le había faltado paciencia: había desconocido la voluntad suprema del tío Guichard é infligido una cruel afrenta á la mujer que le estaba destinada.

Con la frente contraída y los ojos sombríos, hablaban de esta retirada inexplicable para ellos. Días antes, en Guisa, habían infligido una derrota á sus perseguidores.

Cuando un mensajero enviado de Villoria anunció á Nolo la humillación que los mozos de Lorío habían infligido á su primo, en el primer momento se resistió á creerlo. Rendido, sin embargo, á la evidencia, fué acometido de un furor insano que puso en huida al zagal que le trajo la noticia.

Hasta entonces los desdenes de Soledad y las humillaciones que le hacía experimentar podían achacarse á su carácter altanero y quizá al deseo de vengarse de las que él le había infligido. Esto las hacía más llevaderas; parecían un castigo justo. Á veces él mismo, acometido de anhelos de adoración, las provocaba, hallando en ellas dulzura exquisita, como los ascetas en sus penitencias.