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¿Había tenido el que escribía esa carta algún aviso de los amores con la joven prófuga? Entre las cartas de la Natzichet no encontró el juez alguna que le sirviera.

Guerras entre D. Pedro de Aragón y D. Pedro de Castilla Las Comunidades Las Córtes celebradas en la Iglesia de Santa María. El Juez de Teruel D. Francisco Villanueva. Los Reyes Católicos en Teruel.

Aquella señora tenía una habilidad de juez para extraer las palabras. En la noche, á la hora de la cena, la madre apenas abrió la boca. Sus dedos comunicaron un temblor nervioso á los platos y los tenedores. Miraba á su hijo con trágica conmiseración, como si presintiese enormes desgracias que iban á desplomarse sobre su cabeza.

Y es que el granadino, por pasión ingénita ó genérica, y por galantería característica, ha hecho de la mujer un ídolo, en lugar de hacer una compañera. Puede decirse que ella es la reina del palenque en que lucha el varón toda su vida. Para ella y por ella quiere ser guapo, elegante, valiente, rico, poderoso. Ella es á un tiempo juez y premio del torneo.

Viéndose burlados y llenos de la mayor indignación y odio hacia el juez, acordaron vengarse, y concibieron un plan que no tardaron en llevar á cabo.

Constituída la visita en el barrio, el Juez mayor, ayudado de otros munícipes, inquiere, inspecciona y averigua los adelantos y mejoras que se han llevado á cabo en el trascurso del año.

En suma, dudo que hubieran ustedes podido encontrar a otro igual a este tendero pagano entre los cristianos de su clase en San Francisco. Algunas personas más había allí. Un juez de la Audiencia Federal, un oficial superior del Gobierno, un rico comerciante y un editor.

La tradición toledana del Cristo de la Vega, que dió origen á la conocida leyenda de Zorrilla, A buen juez mejor testigo, existe también en Sevilla con alguna variante; así lo prueban Fray Juan de Zalamanco en su Merced de María Coronado, Pedro de San Cecilio, en sus Anales de la Orden de los mercenarios, Fray Juan de Mesa, Muñana y Alonso Sánchez Gordillo.

Por último, un señor oidor turna anualmente en el cargo de juez de hermandades y cofradías; otro es asesor de cruzada, jeneralmente lo es el decano, quien con el comisario y fiscal de lo civil, componen el tribunal de la bula, y creo gozan alguna gratificacion aunque pequeña.

O mejor dicho, ¿amaba realmente el Príncipe a la nihilista? Ferpierre comprendía que ante todo debía cerciorarse de esta opinión, sin duda verosímil, pero aún no probada. Mientras se encaminaba el juez a la cárcel del Eveché, donde los acusados estaban detenidos, iba pensando en la manera de iniciar el interrogatorio de la joven.