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16 Herodes entonces, viéndose burlado de los sabios, se enojó mucho, y envió, y mató a todos los niños que había en Belén y en todos sus términos, de edad de dos años abajo, conforme al tiempo que había entendido de los sabios. 17 Entonces se cumplió lo que fue dicho por el Señor por el profeta Jeremías, que dijo:

Mientras que los cristianos rezaban el Rosario, estaban los Curucanes llenos de estupor, refugiados en sus Ranchos, sospechando que aquella era alguna trama inventada en daño de ellos. Acabaron los cristianos su santo ejercicio, y viéndose solos, fueron siguiendo los pasos de los fugitivos y cogieron diez, los cuales vinieron de buena gana á hacerse cristianos.

Octavio se enfurece al oirlo; se lanza contra Roselo, y éste, viéndose forzado á defenderse, lo derriba á sus pies sin vida. Aparece entonces en el teatro de la lucha el príncipe de Verona, atraído por el choque de las espadas; ordena á los combatientes que desistan de su contienda, y destierra á Roselo de la ciudad por largo tiempo.

Bueno, hombre, bueno, nos apretaremos. Estos gritos se oían en todas partes, viéndose a algunos pobres viejos por el aire, elevados a la imperial de los ómnibus en brazos de los que ya estaban en ella. Las caras resplandecían de alegría, lo mismo que el cielo.

No basta esto; debería ser también intrépido, heroico, para poder hablar con franqueza sobre punto tan capital. Se pondría mal con todos los habitantes del lugar; sería hombre al agua. Todo el mundo le rechazaría, viéndose precisado á vivir como una fiera, y podría darse por muy contento si alguna noche no encontraba quien le jugara una mala pasada.

Mas viendose el Ingles favorecido Con palabras de amor y fingimiento, Despues de haber el mozo mal herido, Caido muerto, dice muy contento. "Ninguno quiero sea aquí ofendido, Ni tal me pasára por pensamiento, Que solo proveernos de comida Pretendemos pasando de corrida.

Muchas veces, Gabriel se sorprendía viéndose a cuatro patas en medio del calabozo, gruñendo y ladrando frente a la puerta sin saber por qué. Sus atormentadores parecieron olvidarle. Tenían otros presos a los que acudir. Los carceleros le dieron agua, y pasó meses enteros sin que nadie entrase en su calabozo.

Seguíale Sancho a todo el trote de su jumento, pero caminaba tanto Rocinante que, viéndose quedar atrás, le fue forzoso dar voces a su amo que se aguardase.

Leonora, loca de amor y de despecho, le persiguió, fue a llamar a su puerta como una criada, sintió una amarga voluptuosidad viéndose por primera vez despreciada y desconocida, hasta que una reacción de carácter hizo renacer en ella su antigua altivez. Se acabó el amor. ¡Adiós a los artistas! Gente muy interesante, pero nada quería ya con ellos.

La vanguarda del campo del infante donde iba Berenguer de Entenza, porque salió mas temprano de lo que acostumbraba alcanzó la retaguarda de Rocafort. Alteróse su retaguarda, y vueltas las caras viéndose tan cérca los de Berenguer, juzgaron que venian á romper con ellos: tocóse arma con grande confusion, y la vanguarda del uno con la retaguarde el otro se encontraron.