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Esta, ya por lo intempestivo del asalto, y ya por la placentera traza del amo y sirviente, no acordaron en lo que les acontecía, hasta que vieron a los pies del soldado quien el lenzuelo del bolsillo, quien la caperuza, cual la gorra, y hasta la dueña Bermúdez miró con escándalo sus venerables tocas, siendo prenda pretoria del burlador soldado.

Virey; que se halla sin facultades para renunciarla; que lo que en su concepto solicita alguna parte del pueblo, no debe influir á la menor innovacion; y que teniendo el mando de las armas, está estrechada á sugetar con ellas esa parte descontenta; acordaron, se le conteste sin pérdida de instantes, en estos términos: haciendola responsable de lo contrario de las consecuencias que pueda causar cualquiera variacion en lo resuelto.

D. Julian Segundo de Aguero, D. José Antonio Lagos, D. Juan Cornet, D. Nicolas del Campo, D. Francisco Dozal, D. Pedro de Osua, y el Dr. D. Domingo de Viola; y no habiendo concurrido mas individuos, sin embargo de haberse repartido cuatrocientas cincuenta esquelas; acordaron los Señores del Exmo.

Pues, estando yo en tal estado, pasando la vida que digo, quiso mi mala fortuna, que de perseguirme no era satisfecha, que en aquella trabajada y vergonzosa vivienda no durase. Y fue, como el año en esta tierra fuese estéril de pan, acordaron el Ayuntamiento que todos los pobres estranjeros se fuesen de la ciudad, con pregón que el que de allí adelante topasen fuese punido con azotes.

33 Y aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel tornaron, y fornicaron en pos de los baales, y se pusieron por dios a Baal-berit. 34 Y no se acordaron los hijos de Israel del SE

Los últimos momentos, decía, fueron tan dulces como apacibles; no sufrió un solo minuto de agonía; algunos instantes después de haberme yo retirado, dijo a la asistenta: «¿Por qué no os acostáisElla entonces hizo ver que la complacía, ocultándose detrás de la cama; desde allí pudo observar perfectamente cómo besaba Susana el pequeño crucifijo; luego oyó algunos suspiros, más profundos que los anteriores; fueron los últimos... Serían como las diez, pero las sirvientas acordaron no decir nada en toda la noche, puesto que la pobre Susana ya para nada necesitaba nuestros consuelos, estando, como debía estar, en la mansión de los justos.

Asi es que acordaron pedir á la autoridad superior civil de su provincia se convocase el pueblo á una Asamblea general, súplica que fué atendida, ordenándose inmediatamente la convocatoria.

Dijo que era andaluz, y que su desventura lo traía a tal punto que se hallaba sin pan ni hogar. Los vástagos de la hija de Pachacutec le acordaron de buen grado la hospitalidad que demandaba. Así transcurrieron pocos meses. La familia se ocupaba en la cría de ganado y en el comercio de lanas, sirviéndola el huésped muy útilmente.

Dios guarde á V. E. muchos años. Buenos Aires, 21 de Mayo de 1810. Exmo. Cabildo, Justicia y Regimiento de esta ciudad.» Y enterados los Señores, acordaron que el Sr.

El canto se acabó con un profundo suspiro, y los dos, con atención, volvieron a esperar si más se cantaba; pero, viendo que la música se había vuelto en sollozos y en lastimeros ayes, acordaron de saber quién era el triste, tan estremado en la voz como doloroso en los gemidos; y no anduvieron mucho, cuando, al volver de una punta de una peña, vieron a un hombre del mismo talle y figura que Sancho Panza les había pintado cuando les contó el cuento de Cardenio; el cual hombre, cuando los vio, sin sobresaltarse, estuvo quedo, con la cabeza inclinada sobre el pecho a guisa de hombre pensativo, sin alzar los ojos a mirarlos más de la vez primera, cuando de improviso llegaron.