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Pasó un soldado con la cabeza vendada bajo el kepis y una flor en una oreja, sonriendo á una muchacha rubia que se apoyaba en su brazo y canturreando los dos.

Los hombres le respetaban más de lo que se respetaba él mismo; las mujeres contemplaban en él una ruina a la que habían contribuido y que, no obstante, se conservaba bien. En ciertos remansos de la sociedad se hace más caso de un veterano que se ha comido ciento veinte mil francos de renta que de un soldado que haya perdido los dos brazos en el campo de batalla.

Mas no se crea que deba entenderse condenado á ciego servilismo, y no haya de atreverse á discordar nunca de la autoridad de sus maestros; en la milicia científica y literaria, no es tan severa la disciplina que no sea lícito al soldado dirigir algunas observaciones á su jefe. La autoridad científica.

No vacilamos, y henos convertidos en soldados de caballería, prontos a incorporarnos al reducido, pero brillante ejército de San Roque. Comprendí que aquél era mi destino, y que para el fin que a Córdoba me llevaba, más me convenía penetrar en esta ciudad como soldado obscuro que como desalmado y andrajoso vagabundo.

Pero como en Sevilla se había quedado, presidiándola, la compañía de infantería de que era soldado Cervantes cuando la tristísima tragedia de doña Guiomar, esperaba la triste Margarita que alguna vez Cervantes remaneciese, volviendo a ponerse bajo su bandera. Ahora, dejando a Margarita con su tristeza y sus ansias, se pasa al capítulo siguiente, para decir lo que de Cervantes había sido.

Le arrojarían del local para siempre; no podría ver más á su soldado. El miedo la hizo contenerse, y su emoción ruidosa se deshizo en lágrimas. Para desahogar su pecho, hablaba en voz muy queda, una voz que sonaba hacia dentro del cuerpo, mientras sus ojos lacrimosos seguían contemplando con devoción todo lo que pasaba por el lienzo.

Retirado a aquel lugar, comenzó a llevar una vida de Róbinson . Escogió la parte más agreste de las montañas; construyó una choza, desmotó el terreno, y haciendo algunas excursiones a las aldeas cercanas, se proporcionó semillas y cuanto se necesitaba para sus proyectos. Sus viajes de soldado por el centro de la República le han sido muy útiles.

Pero á él no le gustaba la profesión de soldado: se parecía á su madre. Y Sánchez Morueta, examinando al muchacho, reconocía que efectivamente había en él muy poco de aquella estirpe de guerreros.

Pero en cada claro asomaba otro soldado azul, y el frente de columna se rehacía al instante, acercándose imponente y aterrador. Acelerábase su marcha al hallarse cerca; iban a caer como legión de invencibles demonios sobre las piezas para clavarlas y degollar sin piedad a los artilleros.

Enviarán dinero, armas, víveres, todo el poder de su riqueza y su producción... ¿pero un gran ejército? ¿Dónde lo tienen? ¿Cómo va á tomar las armas un pueblo inmenso, acostumbrado á que el soldado sea voluntario, y que vive en la mayor prosperidad? ¿Qué va á ganar con ello?...