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No tardó en abrir los ojos, y al ver el demudado semblante del joven inclinado sobre ella, sonrió dulcemente, y le dijo de modo que nadie lo oyó más que él: Gracias, señor marqués... ¡No se estaba tan mal allá abajo! Así que llegaron al Moral se enjugaron en casa de unos amigos, que allí estaban tomando baños, y se echaron encima la primer ropa que les dieron.

»Y a todo esto ¿hemos de vestir de estameña, y mostrar el rostro compungido, inclinado al suelo, y hemos de dar tormento al marido con la inquisición en casa, y con el huir los paseos, y negarse al trato del mundo?

¿Conservaría el partido conservador sus idas actuales si llegase a gobernar? El poder es una experiencia peligrosa para la lógica de los principios. Pero la oposición tiene también el inconveniente de presentar un plano inclinado por el que éstos se deslizan insensiblemente.

El idiota estaba inclinado sobre un montón de huesos a los cuales daba las formas más variadas y extravagantes.

Pero este, tan sereno cual si se oyese nombrar en los términos más lisonjeros, me dirigió con gravedad las siguientes palabras: Caballero, el carácter de usted y la viveza y espontaneidad de sus contradicciones y réplicas, me seducen de tal manera, que me siento inclinado hacia usted, no ya por la simpatía, sino por un afecto profundo. Amaranta y doña Flora no estaban menos asombradas que yo.

Al salir á la sala común, que servía al mismo tiempo de comedor, vió en ella á Watson inclinado sobre una silla y acabando de calzarse las espuelas. La caída de esta silla, ocurrida poco antes, era lo que había despertado á Robledo.

Prefiero, no obstante, improvisar algunas cuartillas, que caerán fuera de los dominios de la ciencia histórica, hacia la cual me siento antes de almorzar poco inclinado.

También dejo un testamento en el que le nombro tutor de mi hija. Usted es el único que me inspira confianza. Aunque alguna vez se ha inclinado más del lado de mi adversario que del mío, eso no importa. que es usted un joven «honesto», y le confío mi hija y mi fortuna: todo lo que poseo en la tierra.

Aquella masa de agua colosal que se arrastra rugiendo por un plano ligeramente inclinado, que confluye en dos raudales anchos y profundos, para caer de pronto, con indecible majestad, en el cauce inferior, produce la impresión de un dislocamiento general del orden creado.

Las damas volvieron también sus rostros hacia él con curiosidad y respeto, y Pepa Frías se levantó para saludarle. Hasta el padre Ortega abandonó a su marquesa y se adelantó inclinado, sumiso, dirigiéndole un saludo almibarado, sonriéndole con sus ojos claros al través de los fuertes cristales de miope que gastaba.