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Era él, el miserable, que la triste una vez sola vió en su vida, al resplandor de la llama pavorosa de su aduar incendiado, rugiendo bravas las olas, zumbando irritado el viento, miéntras la voz angustiosa de sus parientes pedia, en vano, misericordia.

Figura en primer término la parte posterior del castillo: mas allá el puente : al fin del puente la severa puerta de Sevilla, atribuida á Juan de Herrera : á la derecha de la puerta el ábside de la gran mezquita, á la izquierda el palacio episcopal y el triunfo , en el fondo la Sierra, á nuestros pies el rio rugiendo entre las ruedas de un molino árabe: no puede darse ya en Córdoba un grupo que mas imponga, ni una vista que mas cautive.

Yo me figuro uno de esos ángeles réprobos que consumen su eternidad en inútiles arrepentimientos. Algunas veces se eleva pensativo hasta los confines de su primera patria, contempla con una tristeza profunda el cielo del que ha sido desterrado y los bienes que su rebelión le ha arrebatado: su infortunio es aún mayor; y, rugiendo de desesperación, se hunde de nuevo en los abismos.

Necesitaba la Naturaleza libre como fondo de su voluptuosidad; la persecución y el asalto, lo mismo que en los tiempos primitivos; sentir en sus pies la caricia de la ola muerta mientras se agitaba sobre su presa rugiendo de pasión, lo mismo que un monstruo marino.

Entre las representaciones de una especie de pesadilla angustiosa que agitaba a Perucho, veía el muchacho un animalazo de desmesurado grandor, bestión fiero que se acercaba a él rugiendo, bramando y dispuesto a zampárselo de un bocado o a deshacerlo de una uñada.... Se le erizó el cabello, le temblaron las carnes, y un sudor frío le empapó la sien.... ¡Qué monstruo tan espantoso!

Así, apenas Kernok había terminado su singular y horrible invocación, que, herido por una idea súbita, por una idea de las alturas, quizás, exclamó rugiendo de alegría: ¡Las piastras!... ¡voto a tal! muchachos, ¡las piastras!... carguemos nuestras piezas hasta la boca: esa metralla vale tanto como la otra.

En tanto, mientras el pueblo filipino no tenga suficiente energía para proclamar, alta la frente y desnudo el pecho, su derecho á la vida social y garantirlo con su sacrificio, con su sangre misma; mientras veamos á nuestros paisanos, en la vida privada sentir vergüenzas dentro de , oir rugiendo la voz de la conciencia que se rebela y protesta, y en la vida pública callarse, hacer coro al que abusa para burlarse del abusado; mientras los veamos encerrarse en su egoismo y alabar con forzada sonrisa los actos más inícuos, mendigando con los ojos una parte del botin, ¿á qué darles libertad?

Saltó, rugiendo de ira, pero ileso, el marinero; llegó hasta la agresora, y bañándola en sangre la cara con una sonora bofetada, la tendió en el suelo cuan larga era.

Todos los jugadores hablaban como si lamentasen una muerte, pero con una compunción hipócrita, rugiendo interiormente de envidia triunfante al ver desvanecida aquella buena suerte absurda que amargaba sus noches. Avanzó Lubimoff su cabeza entre dos hombros, viendo á Alicia al mismo tiempo que está levantaba sus ojos. Se cruzaron sus miradas.

Los dos pequeños refugiábanse amedrentados en los brazos de su hermano mayor, y el padre agitábase como un demente, rugiendo maldiciones. ¡Recordóns! ¡Y qué bien habían sabido hacerlo!... Habían prendido fuego á la barraca por sus cuatro costados; toda ella ardía de golpe. Hasta el corral, con su cuadra y sus sombrajos, estaba coronado de llamas.