Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de noviembre de 2025
»En efeto, lo que a la mora se le respondió fue esto: El verdadero Alá te guarde, señora mía, y aquella bendita Marién, que es la verdadera madre de Dios y es la que te ha puesto en corazón que te vayas a tierra de cristianos, porque te quiere bien. Ruégale tú que se sirva de darte a entender cómo podrás poner por obra lo que te manda, que ella es tan buena que sí hará.
NARV. Gallardía, Moro amigo, conveniente A su extremada hidalguía. ¿Cómo queda? ARDIN. Algo indispuesta, Aunque para que compuesta Viniese esta caja, ayer Se levantó. NARV. Quiero leer Para darte la respuesta. Lee la carta. "Ya que no me quieres bien, No es de pecho principal Sufrir que me traten mal; Pues siendo tu amor desdén, Me han dado castigo igual.
Por más que trabajo para darte gusto, para que me mires con algún apego, no puedo, en verdad, lograrlo. Ni te agrada ninguna de mis palabras ni reparas siquiera en las penas que por ti estoy pasando. Si te digo algo de lo que aquí dentro del pecho tengo, sueltas á reir como una loca y cambias en seguida la conversación.
Los alemanes establecidos en París habían huído en grandes bandas, como si circulase entre ellos una orden secreta. Aquella tarde iban á partir los últimos que aún se mantenían en la capital ostensiblemente. He venido á verte por afecto de familia, porque era mi deber darte un aviso. Tú eres extranjero y nada te retiene aquí. Si deseas presenciar un gran acontecimiento histórico, quédate.
¿Pero cómo? exclamaba ésta. Verás... voy á darte las señas... Es un caballero, no es un aldeano... guapo... rico... Tú le conoces. Demetria permaneció un instante pensativa. ¿D. Antero? preguntó al cabo inocentemente. Flora soltó una carcajada. ¡Pero, niña, tú no estás sana de la cabeza! Si don Antero tendrá unos treinta años y yo voy á cumplir diez y ocho... ¿Me había de tener á los doce?
¡Qué malo eres, Agapo! dijo Susana disgustada; ¡siempre con tanto rencor contra papá! Si la culpa es tuya, que nunca has querido trabajar y has sido toda tu vida un vicioso, un haragán. De la misma manera que papá ha colocado a tanto tipo que no conoce, ¿por qué no había de darte un empleíto? ¿Un empleo? ¡a mí!
«El otro día dijo Mariano con timidez entre recelosa y salvaje me dio usted un latigazo. Niño, fue sin querer. Pues qué, ¿a un roío caballero como tú se le dan latigazos?... ¡Taco, y qué orgullo vas echando!... ¡Roer! Átame esa mosca. Por ahora no necesito de ti. Si algún día necesitas una roía peseta, vente acá. Si algún día no tienes qué comer, no faltará acá un roío pedazo de pan que darte.
Luego, como si repentinamente cruzara por su mente la idea de que había hecho una cosa fea, dió la vuelta, abrió de nuevo los ojos y dijo sonriendo: ¡Hola! ¿Eres tú? Al mismo tiempo le alargó la mano. El duque se la estrechó, y alzándose de la butaca le dió un sonoro beso en la mejilla, diciendo: Si quieres dormir más te dejaré. No he venido más que a darte un beso.
Te quiero porque sí, porque creo que eres el mejor de los hombres, y no me preguntes más. ¿No sueles decir que mi padre no me ha educado como a las otras mujeres? Pues eso será. Si tuvieses una gran fortuna, acaso habría mayor facilidad para que fuéramos uno de otro; pero te querría igual que ahora, no podría darte ni una hilacha más de cariño.
Cristeta quiso expresar todo lo que sentía, y acordándose tal vez de que fue comedianta, lo formuló en lenguaje, aunque sincero, un poquito dramático, diciendo: Lo que yo quiero no es tu libertad, sino tu cariño. ¿Casarnos? ¿Para qué? ¿Para darte por seca y rigurosa obligación lo que por libre y complacido albedrío quiero que sea tuyo? ¿Para mermar a la pasión el encanto de la espontaneidad? ¿Por ventura serán entonces más cariñosos tus besos, más prietos tus abrazos? ¿Tendremos mayor firmeza en la confianza ni más brava abnegación en la desgracia? ¿Qué ceremonia, qué rito, que fórmula ha puesto el Señor por cima de este anhelo con que mi pensamiento quiere volar para hacer nido en tu alma?
Palabra del Dia
Otros Mirando